1/07/2015, 20:25
Tras una rápida y brusca carrera, el brazo del Yotsuki impactó a toda velocidad contra el cuello del paliblanco. Éste no había sido su objetivo inicial, pero por A o por B, el golpe erró contra un objetivo bastante mas vulnerable. En un principio el chico hasta se asustó, su oponente rodó varios metros incluso. El golpe no había sido flojo, y la zona había sido potencialmente peligrosa, pensó incluso en lo peor. Pero no, el chico se alzó dolorido, no parecía del todo muerto.
"Tsk! No veas que golpetazo le he pegado.... me he pasado tela, ¿no?"
Sin duda el golpe había sido gordo, pero el tío se levantó e intentó decir algo. Solo lo hizo hasta darse cuenta de que tenía sangre en los labios, así como quizás hasta dormida parte de la cara... no era de dudar. Sin embargo, el chico clavó la espada en el suelo, e hizo un gesto singular para que el Yotsuki atacase de nuevo. El chico arqueó una ceja mientras lo miraba. Realmente presentaba claros signos de estupidez, pero no imaginó que llegase a tanto...
— Tsk! — Masculló mientras se llevaba la mano a la cabeza.
Tras alzar la mano, aprovechó para peinar levemente hacia detrás sus cabellos dorados, así como para soltar un resoplido. Además de todo ésto, se calmó un poco. No quería sobrepasarse tampoco con un pobre diablo sin habilidades. Pese a que era también un shinobi, su capacidad de reacción era casi de chiste. Casi tan grave como la capacidad de guiarse por el terreno por parte de Zukamane.
El rubio terminó de colocar su salvaje pelambrera hacia detrás, y tras ello dejó caer el brazo a su posición natural. Aún ni se había molestado en tomar una guardia, cosa habitual en él. Si su padre estuviese allí, ya le habría sacudido al grito de "Pues pilla!".
— ¿De verdad quieres seguir? ¿Acaso no ves que has cometido un error? ¿Por qué diablos te cuesta tanto pedir perdón? Has errado, errar es de humanos... pide perdón y mantén tu consciencia limpia. No cuesta tanto. — Intentó convencer a su antagonista con algo de mentalidad. — Además, no tienes opción de salir bien en una situación como ésta. Has venido a un país, agredido a su gente... y atacado verbalmente a un shinobi capaz de defenderse. ¿Crees que saldrías de rositas si ahora mismo un chunin o jounin viniese por aquí? —
Lejos de recurrir a terminar de partirle el cuello, el rubio intentó que el chico ese recapacitase un poco... no esperaba demasiado, pero joder.... un poco. Vaya disparate en lo que se había terminado por convertir uno tranquilo almuerzo...
"Tsk! No veas que golpetazo le he pegado.... me he pasado tela, ¿no?"
Sin duda el golpe había sido gordo, pero el tío se levantó e intentó decir algo. Solo lo hizo hasta darse cuenta de que tenía sangre en los labios, así como quizás hasta dormida parte de la cara... no era de dudar. Sin embargo, el chico clavó la espada en el suelo, e hizo un gesto singular para que el Yotsuki atacase de nuevo. El chico arqueó una ceja mientras lo miraba. Realmente presentaba claros signos de estupidez, pero no imaginó que llegase a tanto...
— Tsk! — Masculló mientras se llevaba la mano a la cabeza.
Tras alzar la mano, aprovechó para peinar levemente hacia detrás sus cabellos dorados, así como para soltar un resoplido. Además de todo ésto, se calmó un poco. No quería sobrepasarse tampoco con un pobre diablo sin habilidades. Pese a que era también un shinobi, su capacidad de reacción era casi de chiste. Casi tan grave como la capacidad de guiarse por el terreno por parte de Zukamane.
El rubio terminó de colocar su salvaje pelambrera hacia detrás, y tras ello dejó caer el brazo a su posición natural. Aún ni se había molestado en tomar una guardia, cosa habitual en él. Si su padre estuviese allí, ya le habría sacudido al grito de "Pues pilla!".
— ¿De verdad quieres seguir? ¿Acaso no ves que has cometido un error? ¿Por qué diablos te cuesta tanto pedir perdón? Has errado, errar es de humanos... pide perdón y mantén tu consciencia limpia. No cuesta tanto. — Intentó convencer a su antagonista con algo de mentalidad. — Además, no tienes opción de salir bien en una situación como ésta. Has venido a un país, agredido a su gente... y atacado verbalmente a un shinobi capaz de defenderse. ¿Crees que saldrías de rositas si ahora mismo un chunin o jounin viniese por aquí? —
Lejos de recurrir a terminar de partirle el cuello, el rubio intentó que el chico ese recapacitase un poco... no esperaba demasiado, pero joder.... un poco. Vaya disparate en lo que se había terminado por convertir uno tranquilo almuerzo...