29/06/2017, 23:57
Todo iba perfectamente para la kunoichi, nada ni nadie que molestara, incluso el clima parecía estar de acuerdo con que ella recorriese aquel lugar. Siendo así, nada podía salir mal, a no ser que… Alguien decidiese interrumpir como aquel chico que muy alegremente rompió el hermoso silencio del que ella estaba disfrutando tan gustosa.
—Buenas!—Exclamó un chico de cabellos rojizos aunque de un tono no tan intenso como el de la kunoichi, por lo visto se trataba de un shinobi de Amegakure o bien se había robado una bandana.
—Hola… —contestó vagamente al mismo tiempo en que se daba media vuelta con una expresión cercana a la de una persona irritada.
—¿Vas a seguir subiendo?—Demasiado alegre para su gusto, realmente no podía ser que toda persona que se topase desbordase felicidad o fuese excesivamente formal a la hora de expresarse. El problema seguramente radicaba en que siempre que se topaba con alguien que no era de esas formas terminaba por dejarla muy mal.
—Sí, ¿por qué? —Respondió prontamente la pelirroja.
A juzgar por su tono cualquiera debería de ser capaz de entender que no quería ser molestada, al menos no demasiado. Además que se mostraba muy seria y su cuerpo estaba ligeramente ladeado, es decir que no se había volteado completamente a la hora de entablar conversación con aquel extraño.
—Buenas!—Exclamó un chico de cabellos rojizos aunque de un tono no tan intenso como el de la kunoichi, por lo visto se trataba de un shinobi de Amegakure o bien se había robado una bandana.
—Hola… —contestó vagamente al mismo tiempo en que se daba media vuelta con una expresión cercana a la de una persona irritada.
—¿Vas a seguir subiendo?—Demasiado alegre para su gusto, realmente no podía ser que toda persona que se topase desbordase felicidad o fuese excesivamente formal a la hora de expresarse. El problema seguramente radicaba en que siempre que se topaba con alguien que no era de esas formas terminaba por dejarla muy mal.
—Sí, ¿por qué? —Respondió prontamente la pelirroja.
A juzgar por su tono cualquiera debería de ser capaz de entender que no quería ser molestada, al menos no demasiado. Además que se mostraba muy seria y su cuerpo estaba ligeramente ladeado, es decir que no se había volteado completamente a la hora de entablar conversación con aquel extraño.