No sabía a donde caminábamos, y Mogura tampoco dijo nada respecto a la planta medicinal por lo que asumí que él tampoco sabía su uso.
De la nada Manase señaló un edificio, seguí con mis ojos su indice y encontré el supuesto lugar. —¿Tienes algún problema con el tiempo?— Pregunté primeramente. —Siempre crees que lo estamos perdiendo...— Terminé agregando para justificar la incógnita.
Sinceramente estaba cansado de escuchar esa frase por parte de mi homologo, ¿acaso tenía algún tipo de trauma por ello?
Finalmente llegué al portal de lo que posiblemente sería el hostal, tenía la puerta abierta y la luz prendida ¿qué otra cosa podía ser? Una vez pasamos el umbral que estaba iluminado por un único bombillo, vimos una sala un poco más grande y oscura, un olor característico se manifestó, la iluminación era un poco más tenue, mesas y sillas por doquier, una barra y una cuantas personas se encontraban cómodas y con un tarro de cerveza en la mano. Algunos más ebrios que otros y otros con pinta de pocos amigos, ¿sería la gente que vimos antes en el puerto?
—Es un bar.— Terminé aclarando lo obvio, lo único positivo es que se sentía cierto calor y la lluvia ya no nos azotaba. Busqué una mesa libre y rápidamente encontré una. —¿Tomamos algo?— Propuse, después de todo afuera seguía el diluvio.
De la nada Manase señaló un edificio, seguí con mis ojos su indice y encontré el supuesto lugar. —¿Tienes algún problema con el tiempo?— Pregunté primeramente. —Siempre crees que lo estamos perdiendo...— Terminé agregando para justificar la incógnita.
Sinceramente estaba cansado de escuchar esa frase por parte de mi homologo, ¿acaso tenía algún tipo de trauma por ello?
Finalmente llegué al portal de lo que posiblemente sería el hostal, tenía la puerta abierta y la luz prendida ¿qué otra cosa podía ser? Una vez pasamos el umbral que estaba iluminado por un único bombillo, vimos una sala un poco más grande y oscura, un olor característico se manifestó, la iluminación era un poco más tenue, mesas y sillas por doquier, una barra y una cuantas personas se encontraban cómodas y con un tarro de cerveza en la mano. Algunos más ebrios que otros y otros con pinta de pocos amigos, ¿sería la gente que vimos antes en el puerto?
—Es un bar.— Terminé aclarando lo obvio, lo único positivo es que se sentía cierto calor y la lluvia ya no nos azotaba. Busqué una mesa libre y rápidamente encontré una. —¿Tomamos algo?— Propuse, después de todo afuera seguía el diluvio.