4/07/2015, 04:58
Luego de las palabras del nativo de Uzushio, el joven de ojos azules parecía haber perdido aun más los estribos. Algo bastante peligroso en un ninja, ya que en todo momento debía mantener la cabeza fría para poder pensar adecuadamente, sin embargo, poco pareció importarle cuando inicio un nuevo desplazamiento para atacar.
«Ahí vamos» —Pensó Kazuma, al ver como su oponente comenzaba a moverse.
Pero aquel movimiento no llegaría a mucho, pues era exactamente la clase de acción que el ojos grises esperaba que tomara su oponente. Ya que en su último ataque sorpresa también había utilizado una palabras y gestos previos bastantes similares, quizás ese fuese su “modus operandi” o tal vez solo fuese una manía. Como fuese el peliblanco no caería dos veces en el mismo ataque instantáneo.
Justo cuando tomaba velocidad e iba a mitad de camino, el joven de Kusa se vería interrumpido por una explosión que detonaría justamente por encima de su hombro —explosión que fue simultanea a un sello del carnero—. Justamente el lugar en el cual Kazuma había puesto su mano cuando fue impactado por el primer golpe.
Semejante explosión no permitiría a nadie continuar con un embate, y aunque era ideal para esquivar y alejarse, aquel no era el plan que se había trazado el piel morena. Pues aprovecharía la corta distancia que los separaba para atacar.
«Esta vez no tienes a donde correr» —Pensó el Ishimura, tomando en cuenta lo angosto del camino de tierra en el que se encontraban.
Aprovechando el shock que se abría llevado su oponente, utilizaría toda su fuerza y destreza para desenvainar su katana. Con aquello hecho solo le quedaría enfilarla contra su oponente, para darle una fuerte estocada, sin embargo lo haría con la habilidad protectora de su espada, ya que su intención era darle una lección a su oponente no matarlo.
Pero esto no lo sabría el chico de Kusa, pues a pesar de que no sería perforado o cortado, de igual forma sentiría el daño de la espada como si tales cosas le estuviesen pasando.
Aquello se asemejaría a una puñalada al cuerpo, pero sin sangre.
«Ahí vamos» —Pensó Kazuma, al ver como su oponente comenzaba a moverse.
Pero aquel movimiento no llegaría a mucho, pues era exactamente la clase de acción que el ojos grises esperaba que tomara su oponente. Ya que en su último ataque sorpresa también había utilizado una palabras y gestos previos bastantes similares, quizás ese fuese su “modus operandi” o tal vez solo fuese una manía. Como fuese el peliblanco no caería dos veces en el mismo ataque instantáneo.
Justo cuando tomaba velocidad e iba a mitad de camino, el joven de Kusa se vería interrumpido por una explosión que detonaría justamente por encima de su hombro —explosión que fue simultanea a un sello del carnero—. Justamente el lugar en el cual Kazuma había puesto su mano cuando fue impactado por el primer golpe.
Semejante explosión no permitiría a nadie continuar con un embate, y aunque era ideal para esquivar y alejarse, aquel no era el plan que se había trazado el piel morena. Pues aprovecharía la corta distancia que los separaba para atacar.
«Esta vez no tienes a donde correr» —Pensó el Ishimura, tomando en cuenta lo angosto del camino de tierra en el que se encontraban.
Aprovechando el shock que se abría llevado su oponente, utilizaría toda su fuerza y destreza para desenvainar su katana. Con aquello hecho solo le quedaría enfilarla contra su oponente, para darle una fuerte estocada, sin embargo lo haría con la habilidad protectora de su espada, ya que su intención era darle una lección a su oponente no matarlo.
Pero esto no lo sabría el chico de Kusa, pues a pesar de que no sería perforado o cortado, de igual forma sentiría el daño de la espada como si tales cosas le estuviesen pasando.
Aquello se asemejaría a una puñalada al cuerpo, pero sin sangre.