4/07/2015, 12:17
La distancia era ínfima, escasa, casi inexistente... pero el chico quiso sorprender al peliblanco con un movimiento de acercamiento, tal y como había hecho en un principio. Con mala suerte, no se había dado cuenta de que en el hombro llevaba un regalito. Cuando había recortado la mitad de las distancias, de esos 3 miseros metros, y se disponía a alzar la mano para electrocutar a su rival, éste realizó un simple sello. De pronto, todo se iluminó. Un intenso dolor recorrió el hombro, y parte del rostro y brazo del chico. Una explosión le había sacudido, haciéndolo hasta caer hacia un lado.
— Ahhh! Dios! Hostia puta! — El rubio no hizo mas que quejarse, dolorido.
Pese a su quejido y lamento, no tardó en buscar con sus orbes a su oponente. Éste también había sido afectado por su propia técnica. No cabía duda, estaba como una puta cabra.
El Yotsuki se llevó la mano zurda a su hombro derecho, las quemaduras de la explosión habían sido fuerte, mas no lo suficiente como para hacerle retirarse. Ésto no iba a quedar en un simple golpe... éste chico se había buscado un buen problema. Había ido a topar con el genin equivocado. Costandole un poco, Zukamane se levantó de nuevo, tan rápido como el cuerpo y el reciente impacto le permitieron.
— Estás como una puta cabra! Como una puta cabra! — No dudó en acusar.
Con la explosión, ambos se habían vuelto a separar una distancia de no mas de 3 metros. Distancia que de poco a poco recortaría el rubio. Entre tanto, de su diestra comenzaría a surgir una corriente eléctrica. Al dar apenas un par de pasos, el chico alzaría su diestra con ayuda de la zurda, agarrando la muñeca de ésta concretamente. Sin mas, una vorágine de rayos alcanzaría a su debilitado oponente.
— COMO UNA PUTA CABRA! — Volvió a vociferar.
Evidentemente, el Yotsuki se había enfadado bastante. Ese tipo de estratagemas que podían afectarse hasta a uno mismo no le gustaban... eran estrategias de gente que no se tenía aprecio ni a sí mismos. Carencias que no debería tener un shinobi, pues si no sientes aprecio por tu vida... ¿cómo vas a tener aprecio a la vida de otros?
— Ahhh! Dios! Hostia puta! — El rubio no hizo mas que quejarse, dolorido.
Pese a su quejido y lamento, no tardó en buscar con sus orbes a su oponente. Éste también había sido afectado por su propia técnica. No cabía duda, estaba como una puta cabra.
El Yotsuki se llevó la mano zurda a su hombro derecho, las quemaduras de la explosión habían sido fuerte, mas no lo suficiente como para hacerle retirarse. Ésto no iba a quedar en un simple golpe... éste chico se había buscado un buen problema. Había ido a topar con el genin equivocado. Costandole un poco, Zukamane se levantó de nuevo, tan rápido como el cuerpo y el reciente impacto le permitieron.
— Estás como una puta cabra! Como una puta cabra! — No dudó en acusar.
Con la explosión, ambos se habían vuelto a separar una distancia de no mas de 3 metros. Distancia que de poco a poco recortaría el rubio. Entre tanto, de su diestra comenzaría a surgir una corriente eléctrica. Al dar apenas un par de pasos, el chico alzaría su diestra con ayuda de la zurda, agarrando la muñeca de ésta concretamente. Sin mas, una vorágine de rayos alcanzaría a su debilitado oponente.
— COMO UNA PUTA CABRA! — Volvió a vociferar.
Evidentemente, el Yotsuki se había enfadado bastante. Ese tipo de estratagemas que podían afectarse hasta a uno mismo no le gustaban... eran estrategias de gente que no se tenía aprecio ni a sí mismos. Carencias que no debería tener un shinobi, pues si no sientes aprecio por tu vida... ¿cómo vas a tener aprecio a la vida de otros?