4/07/2015, 16:15
Mientras su compañero terminaba de alimentar la antorcha, Tomoe, avanzó un poco hacia delante. Con cuidado y marcando bien el terreno con sus pies para asegurarse de que no caía a un vacío de nuevo, dió unos pasos que resonaron en la inmensidad de aquella gran sala natural.
"Esta zona también es bastante grande... rodear toda la pared en busca de un hueco nos llevaría demasiado tiempo" la kuonoichi tenía muy claro que lo único que no disponían era de tiempo "La antorcha no aguantaría..." así que se devanaba los sesos tratanto de encontrar una solución a sus problemas cuando su acompañante le indicó que estaba listo para seguir, además de añadir algo sobre encontrar murciélagos
—¿Murciélagos?— la chica le dedicó una mirada por encima de su hombro derecho —¿No me dirás que te dan miedo?— preguntó la joven visiblemente decepcionada —Ahora que empezaba a respetarte...—
La kunoichi devolvió la mirada hacia el frente y decidió seguir caminando, ahora un poco más segura gracias a la luz de la antorcha que llevaba su compañero. Había decidido cruzar la sala por el centro, rezando por que al otro lado hubiese una salida
"Me temo que estoy siendo demasiado optimista..." pensaba la chica mientras continuaba caminando "pero no se me ocurre nada mejor" se lamentó a pesar de seguir avanzando. Sin embargo, al acercarse al otro lado, poco a poco fueron surgiendo no una, si no dos entradas a galerías bastante más amplías que la anterior "Por una vez me alegro de equivocarme aunque esto sigue siendo igual de problemático"
—Bueno, no tenemos una entrada— comenzó la chica — si no dos... ¿alguna sugerencia?— la joven shinobi se detuvo justo en el centro entre amabas grutas
"Esta zona también es bastante grande... rodear toda la pared en busca de un hueco nos llevaría demasiado tiempo" la kuonoichi tenía muy claro que lo único que no disponían era de tiempo "La antorcha no aguantaría..." así que se devanaba los sesos tratanto de encontrar una solución a sus problemas cuando su acompañante le indicó que estaba listo para seguir, además de añadir algo sobre encontrar murciélagos
—¿Murciélagos?— la chica le dedicó una mirada por encima de su hombro derecho —¿No me dirás que te dan miedo?— preguntó la joven visiblemente decepcionada —Ahora que empezaba a respetarte...—
La kunoichi devolvió la mirada hacia el frente y decidió seguir caminando, ahora un poco más segura gracias a la luz de la antorcha que llevaba su compañero. Había decidido cruzar la sala por el centro, rezando por que al otro lado hubiese una salida
"Me temo que estoy siendo demasiado optimista..." pensaba la chica mientras continuaba caminando "pero no se me ocurre nada mejor" se lamentó a pesar de seguir avanzando. Sin embargo, al acercarse al otro lado, poco a poco fueron surgiendo no una, si no dos entradas a galerías bastante más amplías que la anterior "Por una vez me alegro de equivocarme aunque esto sigue siendo igual de problemático"
—Bueno, no tenemos una entrada— comenzó la chica — si no dos... ¿alguna sugerencia?— la joven shinobi se detuvo justo en el centro entre amabas grutas