25/07/2017, 21:59
Mi acompañante parecía no haber vuelto de su viaje astral, dato que me daba pie a seguir con mi acto malicioso. Entre ansiedad y nerviosismo estaba tomando el impulso suficiente, sí estaba aplicando un poco más fuerza que lo necesario, pero todo era justificado con tal de despertar a mi humilde acompañante; no obstante, en el instante en que iba a apuñalar el muslo se Mogura, éste reaccionó y dirigió unas palabras como sí no supiese lo que iba a ocurrir.
—Por fin despiertas... Iba a tener que recurrir a otro tipo de métodos...— Dije con naturalidad sin especificar, más mi homologo podría atar cabos sin ninguna dificultad. No me quedó más opción que guardar la aguja metálica y guardar mis ganas para otra oportunidad.
—Lamento informarte que aún no ha amanecido, pero ya están cerrando y lo mejor será que partamos para llegar lo antes posible a la aldea.—
"Me estoy hartando de estar aquí" Pensé con sinceridad, sin embargo, no emití nada al respecto, Manase no parecía querer compartir, ni hablar, sobre lo que yo opinaba.
Sin más, mi compañero dejó unas cuantas monedas en la mesa y tomaría la delantera, expresando su frase característica que comenzaba a caerme de forma pesada. "¿Qué clase de problemas tiene con el tiempo?" Pensé malhumorado, pero nuevamente callé, en algún momento le iría mal por insinuar que perdemos tiempo.
Caminé a la par de él, finalmente salimos de la taberna y pusimos rumbo de la aldea.
—Por fin despiertas... Iba a tener que recurrir a otro tipo de métodos...— Dije con naturalidad sin especificar, más mi homologo podría atar cabos sin ninguna dificultad. No me quedó más opción que guardar la aguja metálica y guardar mis ganas para otra oportunidad.
—Lamento informarte que aún no ha amanecido, pero ya están cerrando y lo mejor será que partamos para llegar lo antes posible a la aldea.—
"Me estoy hartando de estar aquí" Pensé con sinceridad, sin embargo, no emití nada al respecto, Manase no parecía querer compartir, ni hablar, sobre lo que yo opinaba.
Sin más, mi compañero dejó unas cuantas monedas en la mesa y tomaría la delantera, expresando su frase característica que comenzaba a caerme de forma pesada. "¿Qué clase de problemas tiene con el tiempo?" Pensé malhumorado, pero nuevamente callé, en algún momento le iría mal por insinuar que perdemos tiempo.
Caminé a la par de él, finalmente salimos de la taberna y pusimos rumbo de la aldea.