5/07/2015, 22:39
Los dos shinobis se internaron en la galería restante, tras el crujido anterior todo volvía a la normalidad. Los únicos sonidos que perturbaba aquella oscuridad eran tan sólo el crepitar de la llama, sus pasos y el sonido del agua filtrándose a través de la tierra y la roca.
La pelinegra avanzaba sin ningún temor, estaba decidida a abandonar aquel lugar lo antes posible. Sus pasos eran cortos pero rápidos, tenía prisa pero era lo suficientemente lista como para no fiarse del suelo en el que pisaba. Su compañero la seguía de cerca, de momento no parecía que la antorcha fuese a extinguirse. Todo parecía ir bastante mejor por el momento
"Bueno, de creo que vamos bien" se dijo la joven a sí misma tratándo de animarse, pues en más de diez minutos la altura de la senda no se había alterado, el camino era totalmetne plano
—Démonos prisa— apremió a su compañero para que no se rezagase demasiado. No era momento para separarse
El sonido ambiental, se vió ligeramente cambiado tras un nuevo y lejano estruendo de roca cayendo, al que le siguió un eco de agua cayendo que se fue aproximando hasta el lugar donde se encontraban los dos shinobis
Tomoe se detuvo y giró sobre sus talones para escuchar detenidamente aquel extraño sonido, era como si en algún lugar detrás de ellos acabase de surgir un gran torrente de agua
—¿Qué diablos?— fue lo único que dijo la chica mientras trataba de adivinar que era lo que ocurría
La pelinegra avanzaba sin ningún temor, estaba decidida a abandonar aquel lugar lo antes posible. Sus pasos eran cortos pero rápidos, tenía prisa pero era lo suficientemente lista como para no fiarse del suelo en el que pisaba. Su compañero la seguía de cerca, de momento no parecía que la antorcha fuese a extinguirse. Todo parecía ir bastante mejor por el momento
"Bueno, de creo que vamos bien" se dijo la joven a sí misma tratándo de animarse, pues en más de diez minutos la altura de la senda no se había alterado, el camino era totalmetne plano
—Démonos prisa— apremió a su compañero para que no se rezagase demasiado. No era momento para separarse
El sonido ambiental, se vió ligeramente cambiado tras un nuevo y lejano estruendo de roca cayendo, al que le siguió un eco de agua cayendo que se fue aproximando hasta el lugar donde se encontraban los dos shinobis
Tomoe se detuvo y giró sobre sus talones para escuchar detenidamente aquel extraño sonido, era como si en algún lugar detrás de ellos acabase de surgir un gran torrente de agua
—¿Qué diablos?— fue lo único que dijo la chica mientras trataba de adivinar que era lo que ocurría