6/07/2015, 21:32
Permanecí a la espera de una respuesta por parte de la chica, mostrandole aquellos dangos que estaba dispuesto a darle para que comprendiera de que no era alguien peligroso para ella ni para sus amigos y seguramente si le hubiese contado lo que sucedió en aquellos bosques del tirón se hubiese calmado y lo hubiese entendido. Observé de reojo al rubio de Kusagakure quién tan solo removía sus cabellos expectante y fue entonces cuando sentí las finas manos de la kunoichi envolviendo mi cuello, tratando de estrujarlo y zarandeándome exigiendo respuestas.
Aquella actitud propició que, gracias a aquellos gritos de la chica la multitud cercana a nosotros contuviera la respiración y sus miradas se dirigiesen hacia nosotros. Pronto dio lugar a los murmullos y no pude evitar sentir verguenza ajena; a saber por quién me iban a tomar.
*Puta loca* maldecía para mis adentros.
Alcé mis brazos para romper aquella atadura de un golpe seco y di un paso atrás, mostrando un rostro serio. No me iba a pillar por sorpresa una segunda vez.
-¡NADA! De hecho tuve que ayudarle cuando le sorprendieron unos bandidos- exclamé furioso -¿Quiere saber que ocurrió? Muy bien, pues ahí va. No pierdas ni un solo detalle. Me encontró en el bosque mientras estaba meditando y cuando le dije mi nombre huyó. Le perseguí por qué quería saber que narices le había picado pero le sorprendieron un grupo de bandidos y tuve que socorrerle para que no le rebanasen el maldito cuello. Y esa es la verdad.-
Tras mis palabras di media vuelta, de tal manera que Zuka pudiese verme el rostro mientras emitía un suspiro de agotamiento. Pero pendiente de cual fuese la reacción de la kunoichi de la lluvia.
-Disculpa, estaba un poco liado ¿Decías?-
Aquella actitud propició que, gracias a aquellos gritos de la chica la multitud cercana a nosotros contuviera la respiración y sus miradas se dirigiesen hacia nosotros. Pronto dio lugar a los murmullos y no pude evitar sentir verguenza ajena; a saber por quién me iban a tomar.
*Puta loca* maldecía para mis adentros.
Alcé mis brazos para romper aquella atadura de un golpe seco y di un paso atrás, mostrando un rostro serio. No me iba a pillar por sorpresa una segunda vez.
-¡NADA! De hecho tuve que ayudarle cuando le sorprendieron unos bandidos- exclamé furioso -¿Quiere saber que ocurrió? Muy bien, pues ahí va. No pierdas ni un solo detalle. Me encontró en el bosque mientras estaba meditando y cuando le dije mi nombre huyó. Le perseguí por qué quería saber que narices le había picado pero le sorprendieron un grupo de bandidos y tuve que socorrerle para que no le rebanasen el maldito cuello. Y esa es la verdad.-
Tras mis palabras di media vuelta, de tal manera que Zuka pudiese verme el rostro mientras emitía un suspiro de agotamiento. Pero pendiente de cual fuese la reacción de la kunoichi de la lluvia.
-Disculpa, estaba un poco liado ¿Decías?-
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa