6/07/2015, 22:52
El pobre albino hizo lo que pudo por responder a todo lo que la pelirroja acababa de preguntar, no era necesario en realidad pero parecía ser que la forma en la que lo educaron lo obligaba a hacerlo. De cualquier manera, Tatsuko no suele pensar demasiado respecto de lo que le dicen así que si hay indirectas de por medio no se puede esperar que las entienda.
- ¡Pero si querías compañía y yo te la conseguí! O bueno, te la había conseguido hasta que saliste corriendo... - Respondió la chica casi haciendo un berrinche con las mejillas infladas y el ceño fruncido. - ¡Da lo mismo, ahora te vuelves para adentro! - Exclamó la kunoichi para luego volver a tomar al joven del brazo en un intento por arrastrarlo nuevamente dentro del local donde tres mujeres y el hombre de sexo dudoso esperaban.
Aun forcejeando o arrastrando al albino, Tatsuko se tomó las molestias de explicar absolutamente todo lo que había hecho desde que salió de casa hasta la actualidad, aunque a su manera. "Hay que ver... Le soluciono los problemas y se escapa..." Decía en su cabeza la joven incapaz de entender como debería la situación. - Bien Kazuma... Me aburría así que me fui de paseo y llegué aquí, te encontré en la calle y me pediste una dama de compañía y cuando te la conseguí te escapaste, así que ahora intento hacerte reaccionar para que consigas lo que me pediste. - Seguramente el Ishimura esté pensando una manera de sacarse de encima a la chica esta de Amegakure y seguir con su vida normal como si todo esto nunca hubiese pasado, aunque a juzgar por las miradas de algunas personas que paseaban por las calles las cosas no iban a ser tan sencillas.
- ¡Mira! ¡Te están esperando! - Exclamó Tatsuko a la vez que veía algunas de las mujeres de antes asomándose por la puerta. - Sin miedo... Que no parecen mala gente... - Decía la inocente kunoichi sin siquiera entender lo que pasaba dentro de ese edificio y tampoco entendía el motivo del miedo de Kazuma. - Si quieres te acompaño. ¡Así que no tengas miedo! -
- ¡Pero si querías compañía y yo te la conseguí! O bueno, te la había conseguido hasta que saliste corriendo... - Respondió la chica casi haciendo un berrinche con las mejillas infladas y el ceño fruncido. - ¡Da lo mismo, ahora te vuelves para adentro! - Exclamó la kunoichi para luego volver a tomar al joven del brazo en un intento por arrastrarlo nuevamente dentro del local donde tres mujeres y el hombre de sexo dudoso esperaban.
Aun forcejeando o arrastrando al albino, Tatsuko se tomó las molestias de explicar absolutamente todo lo que había hecho desde que salió de casa hasta la actualidad, aunque a su manera. "Hay que ver... Le soluciono los problemas y se escapa..." Decía en su cabeza la joven incapaz de entender como debería la situación. - Bien Kazuma... Me aburría así que me fui de paseo y llegué aquí, te encontré en la calle y me pediste una dama de compañía y cuando te la conseguí te escapaste, así que ahora intento hacerte reaccionar para que consigas lo que me pediste. - Seguramente el Ishimura esté pensando una manera de sacarse de encima a la chica esta de Amegakure y seguir con su vida normal como si todo esto nunca hubiese pasado, aunque a juzgar por las miradas de algunas personas que paseaban por las calles las cosas no iban a ser tan sencillas.
- ¡Mira! ¡Te están esperando! - Exclamó Tatsuko a la vez que veía algunas de las mujeres de antes asomándose por la puerta. - Sin miedo... Que no parecen mala gente... - Decía la inocente kunoichi sin siquiera entender lo que pasaba dentro de ese edificio y tampoco entendía el motivo del miedo de Kazuma. - Si quieres te acompaño. ¡Así que no tengas miedo! -