2/08/2017, 13:49
A cada instante que pasaba en aquel baño perdía un poco el sentido del olfato y, aunque sonara raro, se iba acostumbrando a estar allí, aunque era inevitable que una arcada se le asomara cada vez que algo de la mierda de la pared se le pegaba en la ropa, que sería mejor que tirara después de aquello. Tras no poco tiempo, y mucho esfuerzo, Riko contempló la pared que ya había conseguido limpiar, orgulloso del trabajo que había hecho, ahora solo le quedaba... repetir 5 ó 6 veces más el mismo trabajo.
— Esto va a acabar conmigo... — Y, tras pensarlo un poco, volvió a coger el cepillo, dispuesto a dejar la pared como los chorros del oro.
— Ko... Kokoooo!
El sonido sobresaltó al peliblanco que, de inmediato, se volteó hacia el lugar del que provino el sonido, y, con algo de esfuerzo, pudo llegar a ver como una especie de pájaro entraba por la ventana que estaba abierta para tratar de airear el lugar y caía en uno de los inodoros.
— Joder... ¿y ahora qué?
El Senju se dirigió hacia la puerta tras la que había caído el animal y, con sumo cuidado, la abrió tratando de evitar que el pájaro se pusiera a revolotear por todo el baño ensuciando de nuevo la pared que tanto le había costado limpiar. Para su sorpresa, el pájaro se trataba de una paloma, aunque más pequeña, por lo que supuso que sería una cría, y al parecer estaba hambrienta, puesto que estaba picoteando un trozo de mierda seca.
— ¿Qué haces tu aquí? ¿Te has perdido? — Preguntó Riko, a sabiendas de que no recibiría respuesta alguna, pero lo dijo en un tono sumamente tranquilo, tratando de no alterar a la paloma mientras se acuclillaba para tratar de atraparla.
— Esto va a acabar conmigo... — Y, tras pensarlo un poco, volvió a coger el cepillo, dispuesto a dejar la pared como los chorros del oro.
— Ko... Kokoooo!
El sonido sobresaltó al peliblanco que, de inmediato, se volteó hacia el lugar del que provino el sonido, y, con algo de esfuerzo, pudo llegar a ver como una especie de pájaro entraba por la ventana que estaba abierta para tratar de airear el lugar y caía en uno de los inodoros.
— Joder... ¿y ahora qué?
El Senju se dirigió hacia la puerta tras la que había caído el animal y, con sumo cuidado, la abrió tratando de evitar que el pájaro se pusiera a revolotear por todo el baño ensuciando de nuevo la pared que tanto le había costado limpiar. Para su sorpresa, el pájaro se trataba de una paloma, aunque más pequeña, por lo que supuso que sería una cría, y al parecer estaba hambrienta, puesto que estaba picoteando un trozo de mierda seca.
— ¿Qué haces tu aquí? ¿Te has perdido? — Preguntó Riko, a sabiendas de que no recibiría respuesta alguna, pero lo dijo en un tono sumamente tranquilo, tratando de no alterar a la paloma mientras se acuclillaba para tratar de atraparla.
~ Narro ~ Hablo ~ «Pienso»