7/07/2015, 06:36
De manera silenciosa, la nueva caverna recibió a ambos jóvenes. El lugar era tétrico y a la vez tranquilo. Tenía suficiente ambos elementos como para hacer olvidar el preocupante sonido que se había percibido con anterioridad.
«Interesante lugar» —pensaría el pelo blanco, mientras dejaba que su curiosa mente volara un poco.
A pesar de estarse tomando las cosas con calma, la jovencita de Ame parecía estar bastante ansiosa por abandonar aquel lugar. Eso quedaba más que claro al observar su forma de caminar, con prisa y de manera constante, sin distraerse o desviarse.
De a ratos, el joven de piel morena se veía tentado a dirigirles algunas palabras a la muchacha que caminaba delante de él, pero inmediatamente recordaba lo pésimo que era dando palabras de aliento.
«Quizás no haga falta el decirle nada, es decir parece mucho más dura que yo. Aunque también parece más preocupada»
Sus pensamientos se vieron interrumpidos, por un nuevo imprevisto.
Lentamente pudo escuchar el eco de lo que parecía ser roca estallando, se percibió tan fuerte que solo pudo imaginar que una pared entera había cedido. Sin embargo eso era algo inofensivo, o eso pensaba el hasta unos instantes después.
Manifestándose luego del sospechado derrumbamiento, hubo un sonido de agua corriendo. Al principio era un arrullo solamente, pero luego de unos segundos empezó a hacerse cada vez más fuerte y ensordecedor.
El sonido se hacía más opresivo a cada instante, tanto así que llego un punto donde este era acompañado, por el repiqueteo de la piedrecillas en el suelo y el vibrar de las paredes. En aquel momento una sospecha cruzo por la mente del Ishimura.
—Debemos irnos de aquí ahora mismo —dijo notablemente preocupado—. Si el agua que se escucha se dirige hacia este sitio, nos golpeara con la fuerza de un rio. Un rio furioso y con muchas rocas y lodo —explico mientras tomaba la delantera para iluminar el camino.
Estaba consciente de que ir corriendo a lo loco era peligroso. Pero en aquel momento la amenaza del agua lo era aun más.
—Vamos —dijo mientras se giraba para instar a su compañera a dar inicio a la carrera.
«Interesante lugar» —pensaría el pelo blanco, mientras dejaba que su curiosa mente volara un poco.
A pesar de estarse tomando las cosas con calma, la jovencita de Ame parecía estar bastante ansiosa por abandonar aquel lugar. Eso quedaba más que claro al observar su forma de caminar, con prisa y de manera constante, sin distraerse o desviarse.
De a ratos, el joven de piel morena se veía tentado a dirigirles algunas palabras a la muchacha que caminaba delante de él, pero inmediatamente recordaba lo pésimo que era dando palabras de aliento.
«Quizás no haga falta el decirle nada, es decir parece mucho más dura que yo. Aunque también parece más preocupada»
Sus pensamientos se vieron interrumpidos, por un nuevo imprevisto.
Lentamente pudo escuchar el eco de lo que parecía ser roca estallando, se percibió tan fuerte que solo pudo imaginar que una pared entera había cedido. Sin embargo eso era algo inofensivo, o eso pensaba el hasta unos instantes después.
Manifestándose luego del sospechado derrumbamiento, hubo un sonido de agua corriendo. Al principio era un arrullo solamente, pero luego de unos segundos empezó a hacerse cada vez más fuerte y ensordecedor.
El sonido se hacía más opresivo a cada instante, tanto así que llego un punto donde este era acompañado, por el repiqueteo de la piedrecillas en el suelo y el vibrar de las paredes. En aquel momento una sospecha cruzo por la mente del Ishimura.
—Debemos irnos de aquí ahora mismo —dijo notablemente preocupado—. Si el agua que se escucha se dirige hacia este sitio, nos golpeara con la fuerza de un rio. Un rio furioso y con muchas rocas y lodo —explico mientras tomaba la delantera para iluminar el camino.
Estaba consciente de que ir corriendo a lo loco era peligroso. Pero en aquel momento la amenaza del agua lo era aun más.
—Vamos —dijo mientras se giraba para instar a su compañera a dar inicio a la carrera.