6/08/2017, 20:34
La pregunta pareció no ser muy agradable para el Kusareño, ya que en el instante en que las palabras salieron de la boca del Akaki, el rostro del indagado comenzó enseriarse mientras se acercaba hasta quedar en una posición no muy agradable para el pelirrojo, el temblor en sus manos y piernas comenzaba hacerse notable<< Q-que le p-pa-pasa,>> su ritmo cardíaco aumento notablemente, nunca había sentido su corazón latir tan rápido, buscaba como fuera que se distanciara solo un poco para poder alejarse lo más que pudiera de ese sujeto, pero el peliazabache no cedía ni un milímetro, el movimiento involuntario estaba empezando a actuar en todo su cuerpo, hasta que las palabras del siniestro joven salieron.
─ Si te lo dijese… tendría que matarte, chico─
Aquella oración se repitió en la cabeza del joven varias veces, formándose una terrorífica aura alrededor del Kusareño “Si te lo dijese… tendría que matarte”<< ¡¡Mierda, mierda, porque tuve que venir aquí!!>> todo se detuvo para Haru, incluso podría jurar que su corazón se había detenido por unos instantes, acabando con el imparable y ascendiente ritmo cardíaco del Uzureño, su rostro se volvió blanco y sus ojos se abrieron en extremo, un poco más y los mismos saldrían de sus cuencas.
─ Eh, yo…eh n-no, y-yo l-lo, l-lo si-sien─ ninguna palabra salía de su boca completa, y había recuperado nuevamente su acelerado ritmo en el pecho, a pesar de que solo habían pasado unos segundos, para Haru era como si hubieran sido horas, el sudor frió se paseaba por toda su frente y algunas grandes gotas se resbalaban por sus sienes.
─JAJAJA─ una enorme carcajada se hizo escuchar en toda la habitación, acompañado por una toz proveniente del mismo que aún no cesaba su risa, señal de que su bebida no había ido por el lugar correcto, una gran confusión invadió la cabeza del pelirrojo, que seguramente tendría el rostro como si hubiera salido de una película de terror, había que admitirlo, era un poco miedoso.
─¡Lo siento!¡Lo siento! Pero no he podido resistirlo…tenías que haberte visto la cara─exclamo aun sin contener su risa─Es mi shamisen, soy músico─ agrego el joven, aunque esa parte fue ignorada casi por completo, al menos lo fue por Haru.
─Fiiuuu─ un gran suspiro salió de parte del Akaki, acompañado por una serie de inhalaciones profundas para tratar de calmar sus nervios─ Ah… por poco me da un infarto─ rápidamente llevo sus manos a su boca<< Demonios, lo dije en voz alta>> pensó aun con sus manos sobre sus labios.
El pelirrojo esperaba que nadie hubiera escuchado lo que se le escapo, aunque probablemente todos pensaban lo mismo con solo echarle un vistazo a su pálido rostro, que comenzaba poco a poco a recuperar su color.
Una vez que estuvo un poco más relajado, el joven examino las palabras dichas por el que casi le causo un infarto, habría continuado con la charla, pero por lo que había sucedido hace un instante, no se sentía capaz de llevar una conversación con el músico.
─ Si te lo dijese… tendría que matarte, chico─
Aquella oración se repitió en la cabeza del joven varias veces, formándose una terrorífica aura alrededor del Kusareño “Si te lo dijese… tendría que matarte”<< ¡¡Mierda, mierda, porque tuve que venir aquí!!>> todo se detuvo para Haru, incluso podría jurar que su corazón se había detenido por unos instantes, acabando con el imparable y ascendiente ritmo cardíaco del Uzureño, su rostro se volvió blanco y sus ojos se abrieron en extremo, un poco más y los mismos saldrían de sus cuencas.
─ Eh, yo…eh n-no, y-yo l-lo, l-lo si-sien─ ninguna palabra salía de su boca completa, y había recuperado nuevamente su acelerado ritmo en el pecho, a pesar de que solo habían pasado unos segundos, para Haru era como si hubieran sido horas, el sudor frió se paseaba por toda su frente y algunas grandes gotas se resbalaban por sus sienes.
─JAJAJA─ una enorme carcajada se hizo escuchar en toda la habitación, acompañado por una toz proveniente del mismo que aún no cesaba su risa, señal de que su bebida no había ido por el lugar correcto, una gran confusión invadió la cabeza del pelirrojo, que seguramente tendría el rostro como si hubiera salido de una película de terror, había que admitirlo, era un poco miedoso.
─¡Lo siento!¡Lo siento! Pero no he podido resistirlo…tenías que haberte visto la cara─exclamo aun sin contener su risa─Es mi shamisen, soy músico─ agrego el joven, aunque esa parte fue ignorada casi por completo, al menos lo fue por Haru.
─Fiiuuu─ un gran suspiro salió de parte del Akaki, acompañado por una serie de inhalaciones profundas para tratar de calmar sus nervios─ Ah… por poco me da un infarto─ rápidamente llevo sus manos a su boca<< Demonios, lo dije en voz alta>> pensó aun con sus manos sobre sus labios.
El pelirrojo esperaba que nadie hubiera escuchado lo que se le escapo, aunque probablemente todos pensaban lo mismo con solo echarle un vistazo a su pálido rostro, que comenzaba poco a poco a recuperar su color.
Una vez que estuvo un poco más relajado, el joven examino las palabras dichas por el que casi le causo un infarto, habría continuado con la charla, pero por lo que había sucedido hace un instante, no se sentía capaz de llevar una conversación con el músico.
- Hablo-
<<Pienso>>