9/07/2015, 16:27
Sobre el suelo, con el aliento perdido y el cuerpo golpeado se encontraba Kazuma.
El joven trato de reincorporarse, pero la onda de choque causada por la explosión, sumada al golpe que ya había sufrido en la espalda, le dificultaba bastante las cosas. Además de que era un mal momento para estarse quieto, ya que el techo del lugar donde se encontraba los chicos comenzaba desprenderse.
«Joder, el sitio está por derrumbarse y no me puedo levantar»
Pero cuando el peligro parecía inevitable, la chica reunió coraje, y mientras que con una mano sostenía la improvisada antorcha, con la otra levantaba al Ishimura para que este se apoyara en su hombro. De esa manera al menos podría caminar antes que las rocas que estaban cayendo les aplastaran.
Luego de ser llevado a rastras durante unos minutos, la visión del peli blanco comenzaba a aclararse y sus piernas recobraban la fuerza. Al menos lo suficiente como para que pudiera acelerar el paso por cuenta propia. Sin embargo aun tenía un fuerte dolor en la espalda, pero tendría que lidiar con eso mas tarde.
«Cielos, hemos tenido suerte de que este pasaje tuviera por donde escapar. Si hubiera sido un callejon sin salida estaríamos muertos»
Después de salir de aquel pasaje, los jóvenes se encontraron con otra galería, pero esta tenía algo diferente. Era algo que se podía notar en cuanto se respiraba aquel aire, un aire que tenía mucha menos humedad. Además de que el olor a lodo y musgo había desaparecido casi por completo.
«Debe ser una cueva que no se ha inundado recientemente» —pensó el joven.
En aquel momento lo ideal hubiese sido continuar, pero los jóvenes necesitaban un tiempo para recomponerse. Además que sería un tiempo necesario para ver si encontraban algún camino o salida.
—Creo que por un rato será mejor que solo caminemos —expreso mientras trataba de enderezarse e ignorar el dolor de su espalda—. Esta caverna parece prometedora, si buscamos con calma seguro hallaremos algo.
El joven trato de reincorporarse, pero la onda de choque causada por la explosión, sumada al golpe que ya había sufrido en la espalda, le dificultaba bastante las cosas. Además de que era un mal momento para estarse quieto, ya que el techo del lugar donde se encontraba los chicos comenzaba desprenderse.
«Joder, el sitio está por derrumbarse y no me puedo levantar»
Pero cuando el peligro parecía inevitable, la chica reunió coraje, y mientras que con una mano sostenía la improvisada antorcha, con la otra levantaba al Ishimura para que este se apoyara en su hombro. De esa manera al menos podría caminar antes que las rocas que estaban cayendo les aplastaran.
Luego de ser llevado a rastras durante unos minutos, la visión del peli blanco comenzaba a aclararse y sus piernas recobraban la fuerza. Al menos lo suficiente como para que pudiera acelerar el paso por cuenta propia. Sin embargo aun tenía un fuerte dolor en la espalda, pero tendría que lidiar con eso mas tarde.
«Cielos, hemos tenido suerte de que este pasaje tuviera por donde escapar. Si hubiera sido un callejon sin salida estaríamos muertos»
Después de salir de aquel pasaje, los jóvenes se encontraron con otra galería, pero esta tenía algo diferente. Era algo que se podía notar en cuanto se respiraba aquel aire, un aire que tenía mucha menos humedad. Además de que el olor a lodo y musgo había desaparecido casi por completo.
«Debe ser una cueva que no se ha inundado recientemente» —pensó el joven.
En aquel momento lo ideal hubiese sido continuar, pero los jóvenes necesitaban un tiempo para recomponerse. Además que sería un tiempo necesario para ver si encontraban algún camino o salida.
—Creo que por un rato será mejor que solo caminemos —expreso mientras trataba de enderezarse e ignorar el dolor de su espalda—. Esta caverna parece prometedora, si buscamos con calma seguro hallaremos algo.