17/08/2017, 01:43
La chica luego de percatarse de lo que había hecho, o sea enfrentarse de forma suicida a un león, salió corriendo atemorizada e inconscientemente logró que uno de los leones la siguiese, aunque al no prestarle atención no pudo saber que la bestia estuvo a punto de abalanzarse sobre ella y el peli-verde tuvo que intervenir…
Rompiéndose los huesos y quedando al merced del verdadero animal… Porque no hay mejor manera de salvar a alguien que regalándote en bandeja de plata a un depredador.
Ahora la cuestión, ¿por qué diantres ese hombre quiere mantener intacto a ese león que para colmo sabe ninjutsu? Es una jodida amenaza para todos… Pero venga, la pecosa no iba a dejar a aquel que gritaba a todo pulmón a su suerte, al cual apenas llegó a ver jusuto cuando la bestia que la seguía explotó en rayos.
«Mierda » Seguía asustada, pero terminó por darse media vuelta justamente para intentar ayudar a Daigo.
—Estate quieto —murmuró nerviosa a la vez que desenfundaba la espada una vez más.
Eran ellos o el animal, y definitivamente iba a escoger la primera opción aunque una cosa era que planease sobrevivir y otra muy distinta que lo lograse. Lo importante era que la pecosa ahora estaba entre un león y un shinobi que se acababa de partir un brazo.
«Brillante idea, mereces un buen abrazo con una cuerda en torno al cuello » ¿Cómo diantres una niña asustadiza iba a asustar a un león como ese?
Rompiéndose los huesos y quedando al merced del verdadero animal… Porque no hay mejor manera de salvar a alguien que regalándote en bandeja de plata a un depredador.
Ahora la cuestión, ¿por qué diantres ese hombre quiere mantener intacto a ese león que para colmo sabe ninjutsu? Es una jodida amenaza para todos… Pero venga, la pecosa no iba a dejar a aquel que gritaba a todo pulmón a su suerte, al cual apenas llegó a ver jusuto cuando la bestia que la seguía explotó en rayos.
«Mierda » Seguía asustada, pero terminó por darse media vuelta justamente para intentar ayudar a Daigo.
—Estate quieto —murmuró nerviosa a la vez que desenfundaba la espada una vez más.
Eran ellos o el animal, y definitivamente iba a escoger la primera opción aunque una cosa era que planease sobrevivir y otra muy distinta que lo lograse. Lo importante era que la pecosa ahora estaba entre un león y un shinobi que se acababa de partir un brazo.
«Brillante idea, mereces un buen abrazo con una cuerda en torno al cuello » ¿Cómo diantres una niña asustadiza iba a asustar a un león como ese?