17/08/2017, 21:13
Corrí, mis piernas se movieron un poco más rápido y mis pasos se volvieron sonoros, cada pisada parecía ser mas fuerte que la otra gracias al efecto de eco que aseguraba la cordillera parecía que unos cuantos más descendían conmigo; no sabía hasta donde tendría que correr por lo que en el trayecto que intenté pensar en algo útil.
"Eso podría servir..." Encontré una técnica que podría ayudarnos a todos sin lastimar al animal, bueno temporalmente.
Tras avanzar unos cuantos metros más tuve que reducir el paso hasta detenerme, llegué al lugar indicado, Koko se mantenía firme, o eso parecía, alzando su filo para hacerle frente a la amenazadora imagen del león. Cuanta valentía... Más atrás estaba Daigo, tirado en el piso retorciéndose del dolor, incluso desde mi posición podría escuchar algún quejido por su parte. Otro herido... Me dije con pesar.
Me fui acercando lentamente para tratar de no llamar la atención del animal, pero éste se volteó en un instante y me vio, tragué y palidecí un momento, la bestia se volteó nuevamente, estaba confundida no sabía que hacer. Ahora! Mis manos se entrelazaron formando rápidamente unos cuantos sellos.
—Suiton: Mizuame Nabara.— Exclamé, mi boca soltó un potente y viscoso chorro que debería caer en el elegante ejemplar cuando estuviese mirando a la la rubia. Una vez que hubiera visto que mi plan dio efecto sonreí con cierto orgullo habría logrado aprisionar a la bestia, pero... ¿por cuanto tiempo?
—No lograré retenerlo por mucho tiempo con esa técnica.— Expliqué brevemente mientras sacaba unas largas agujas metálicas de mi porta objetos. —Sé que dijimos que no le haríamos daño, pero la mejor manera de detenerlo será mermando sus movimientos...— Comenté esperando cierta aprobación de los demás, o por lo menos de la rubia. Aunque había algo que me aquejaba...
—¿Qué le pasó a Daigo?— Comenté con cierto tono de preocupación, dejando a un lado un poco lo del león.
"Eso podría servir..." Encontré una técnica que podría ayudarnos a todos sin lastimar al animal, bueno temporalmente.
Tras avanzar unos cuantos metros más tuve que reducir el paso hasta detenerme, llegué al lugar indicado, Koko se mantenía firme, o eso parecía, alzando su filo para hacerle frente a la amenazadora imagen del león. Cuanta valentía... Más atrás estaba Daigo, tirado en el piso retorciéndose del dolor, incluso desde mi posición podría escuchar algún quejido por su parte. Otro herido... Me dije con pesar.
Me fui acercando lentamente para tratar de no llamar la atención del animal, pero éste se volteó en un instante y me vio, tragué y palidecí un momento, la bestia se volteó nuevamente, estaba confundida no sabía que hacer. Ahora! Mis manos se entrelazaron formando rápidamente unos cuantos sellos.
—Suiton: Mizuame Nabara.— Exclamé, mi boca soltó un potente y viscoso chorro que debería caer en el elegante ejemplar cuando estuviese mirando a la la rubia. Una vez que hubiera visto que mi plan dio efecto sonreí con cierto orgullo habría logrado aprisionar a la bestia, pero... ¿por cuanto tiempo?
—No lograré retenerlo por mucho tiempo con esa técnica.— Expliqué brevemente mientras sacaba unas largas agujas metálicas de mi porta objetos. —Sé que dijimos que no le haríamos daño, pero la mejor manera de detenerlo será mermando sus movimientos...— Comenté esperando cierta aprobación de los demás, o por lo menos de la rubia. Aunque había algo que me aquejaba...
—¿Qué le pasó a Daigo?— Comenté con cierto tono de preocupación, dejando a un lado un poco lo del león.