17/08/2017, 22:26
— Pues... si te soy sincero, me harías un favor enorme si me ayudaras, llevo un buen rato aquí y mira lo poco que he avanzado... Pero si no quieres no te preocupes, esto no es precisamente algo que alguien quiera hacer, solo con el olor ya... —
— Sí, digo, no. Me refiero a que sí que te ayudaré y a que no no quiero, es decir, que sí que quiero. Ay, Kami-sama.
La chica se volteó dandole la espalda a Riko y se golpeo las mejillas con las palmas abiertas mientras cuchicheaba algo sobre mantener la calma. Volvió a encarar al chico, con las mejillas más enrojecidas que antes pero ahora por motivos diametralmente opuestos. Sonriente y más concentrada.
— No te preocupes, me quedaré un rato a ayudarte a ver si te puedo quitar algo de faena.
Hasta que...
— Oye... ¿cómo te llamas? —
Directo, tal vez demasiado. Al corazón de la pobre muchacha. Y ni siquiera sabía porqué si no se habían presentado ni visto en la vida, al menos oficialmente. Ella sí le había visto a él, como para no verlo, en los pasillos, en los cambios de aula, en los recreos, por la villa. Aunque no tenía ningún motivo para saberse su nombre y que ella lo sabía porque se lo había dicho Daichi-san, su sonrisa se borró. Tal vez por el tono de Riko, tal vez porque en alguna profundidad de su corazón esperaba que Riko hubiera prestado atención a su persona sin que ella lo supiese.
— Uzumaki Shiori...
Espetó con un hilillo de voz.
— Sí, digo, no. Me refiero a que sí que te ayudaré y a que no no quiero, es decir, que sí que quiero. Ay, Kami-sama.
La chica se volteó dandole la espalda a Riko y se golpeo las mejillas con las palmas abiertas mientras cuchicheaba algo sobre mantener la calma. Volvió a encarar al chico, con las mejillas más enrojecidas que antes pero ahora por motivos diametralmente opuestos. Sonriente y más concentrada.
— No te preocupes, me quedaré un rato a ayudarte a ver si te puedo quitar algo de faena.
Hasta que...
— Oye... ¿cómo te llamas? —
Directo, tal vez demasiado. Al corazón de la pobre muchacha. Y ni siquiera sabía porqué si no se habían presentado ni visto en la vida, al menos oficialmente. Ella sí le había visto a él, como para no verlo, en los pasillos, en los cambios de aula, en los recreos, por la villa. Aunque no tenía ningún motivo para saberse su nombre y que ella lo sabía porque se lo había dicho Daichi-san, su sonrisa se borró. Tal vez por el tono de Riko, tal vez porque en alguna profundidad de su corazón esperaba que Riko hubiera prestado atención a su persona sin que ella lo supiese.
— Uzumaki Shiori...
Espetó con un hilillo de voz.