11/07/2015, 05:33
(Última modificación: 11/07/2015, 14:15 por Hanamura Kazuma.)
El combate seguía con su errático fluir, aunque a pesar de todo, las cosas parecían estarse decantando para el lado del de joven Kusagakure.
Luego de lo que pareció ser una mofa o similar que no fue contestada, el chico de ojos azules inicio una combinación de ataque. Al parecer su plan era lanzar unos shurikens como cebo, y a continuación atacar antes que su oponente tuviera oportunidad de reaccionar.
Sin embargo sus planes se verían parcialmente truncados, debido a que en cuanto los shurikens alcanzaron su objetivo este se desvaneció en nube de humo. Era algo natural después de todo se trataba de un clon.
Pero aunque posiblemente esta táctica tomara a su oponente por sorpresa, bien lo pondría alerta a un posible ataque en sus puntos ciegos.
«Joder, supongo que un simple clon no podría comprarme mucho tiempo» —Pensó el joven de ojos grises, que se encontraba escondido en la hierba alta a un lado del camino.
El Ishimura tenía que aprovechar la oportunidad que se le había presentado. Su oponente estaba en una buena posición para atacarle pero aun así se encontraba alerta ante cualquier movimiento en sus alrededores.
«En parte es un problema, no soy tan rápido como para ir y hacer un ataque sorpresa que sea efectivo. Lo más probable es que si corro hacia él, me tire otro relámpago»
«Espera… Si me está esperando, puede que esa resulte ser una ventaja, aunque sea una muy pequeña»
Aprovechando la brecha de tiempo, Kazuma creó un clon que mando corriendo hasta su oponente. Desde el punto de vista del mismo, quizás pareciera que se había arrojado al todo o nada, mas sin embargo seria solo una distracción. Todo para que el genin de Uzushio tuviera la oportunidad de contra atacar.
En cuanto el rubio fijara su atención en el clon, Kazuma aprovecharía la oportunidad para arrojarle dos shurikens. Sin embargo ya había aprendido de mala manera que su oponente era más rápido, por lo que un lanzamiento normal no funcionaria.
Según su entrenamiento, lo ideal sería hacer que ambos lanzamientos fuesen curvos, de manera que ambas estrellas de acero se acercaran por los flancos, dificultándole a su oponente, tanto predecir su trayectoria como esquivarlas, mas aun a los escasos tres metros que los separarían a ambos.
Era un plan con muchos riesgos de fallas, pero era lo único que podía hacer por el momento.
Luego de lo que pareció ser una mofa o similar que no fue contestada, el chico de ojos azules inicio una combinación de ataque. Al parecer su plan era lanzar unos shurikens como cebo, y a continuación atacar antes que su oponente tuviera oportunidad de reaccionar.
Sin embargo sus planes se verían parcialmente truncados, debido a que en cuanto los shurikens alcanzaron su objetivo este se desvaneció en nube de humo. Era algo natural después de todo se trataba de un clon.
Pero aunque posiblemente esta táctica tomara a su oponente por sorpresa, bien lo pondría alerta a un posible ataque en sus puntos ciegos.
«Joder, supongo que un simple clon no podría comprarme mucho tiempo» —Pensó el joven de ojos grises, que se encontraba escondido en la hierba alta a un lado del camino.
El Ishimura tenía que aprovechar la oportunidad que se le había presentado. Su oponente estaba en una buena posición para atacarle pero aun así se encontraba alerta ante cualquier movimiento en sus alrededores.
«En parte es un problema, no soy tan rápido como para ir y hacer un ataque sorpresa que sea efectivo. Lo más probable es que si corro hacia él, me tire otro relámpago»
«Espera… Si me está esperando, puede que esa resulte ser una ventaja, aunque sea una muy pequeña»
Aprovechando la brecha de tiempo, Kazuma creó un clon que mando corriendo hasta su oponente. Desde el punto de vista del mismo, quizás pareciera que se había arrojado al todo o nada, mas sin embargo seria solo una distracción. Todo para que el genin de Uzushio tuviera la oportunidad de contra atacar.
En cuanto el rubio fijara su atención en el clon, Kazuma aprovecharía la oportunidad para arrojarle dos shurikens. Sin embargo ya había aprendido de mala manera que su oponente era más rápido, por lo que un lanzamiento normal no funcionaria.
Según su entrenamiento, lo ideal sería hacer que ambos lanzamientos fuesen curvos, de manera que ambas estrellas de acero se acercaran por los flancos, dificultándole a su oponente, tanto predecir su trayectoria como esquivarlas, mas aun a los escasos tres metros que los separarían a ambos.
Era un plan con muchos riesgos de fallas, pero era lo único que podía hacer por el momento.