23/08/2017, 22:24
Esta vez, para suerte del shinobi, eligió bien. Se trataba de un hombre ataviado de pies a la cabeza con un uniforme verde que llevaba una pequeña carreta con un par de cajas. El hombre se detuvo cuando Juro le preguntó y lo miró de arriba a abajo. Se quitó la gorra verde que llevaba y se limpió el sudor antes de contestarle.
— Pues voy para allá ahora mismo, si quieres seguirme.
Una vez dicho eso siguió su camino, levantando levemente la carretilla y empujando para poder seguir, esperando que el genin le siguiese. La bandana no había pasado inadvertida al igual que el disfraz manchado de muñeco de nieve.
— ¿A qué vas al Rey del Dango? ¿No habrán intoxicado sus dangos o algo?
Empezó una charla intranscendente intentando descubrir si él mismo, que repartía a ese local, se había metido en algún embrollo. Aunque Juro no podría adivinar qué era exactamente lo que llevaba en las cajas ya que no había pista alguna en su uniforme o en las cajas mismas.
— Pues voy para allá ahora mismo, si quieres seguirme.
Una vez dicho eso siguió su camino, levantando levemente la carretilla y empujando para poder seguir, esperando que el genin le siguiese. La bandana no había pasado inadvertida al igual que el disfraz manchado de muñeco de nieve.
— ¿A qué vas al Rey del Dango? ¿No habrán intoxicado sus dangos o algo?
Empezó una charla intranscendente intentando descubrir si él mismo, que repartía a ese local, se había metido en algún embrollo. Aunque Juro no podría adivinar qué era exactamente lo que llevaba en las cajas ya que no había pista alguna en su uniforme o en las cajas mismas.