15/07/2015, 21:54
Con un pequeño salto esparció el polvo y termino de subir el ultimo peldaño de la primera escalera. No dejaba de pensar cómo podían hacer ciudades tan empinadas, que propósito tenia, o como la gente vivía cómoda en ese lugar, pero por lo que se había informado, este era un claro punto estratégico, donde el museo antes era un castillo bélico que se utilizaba para defender la ciudad de ataques enemigos, por su localización, permitía grandes ventajas a los militares de esa zona sobre los invasores extranjeros.
Al joven shinobi le pesaban los hombros, simplemente los dejo caer mientras esperaba a la otra chica, movió su cuello buscando tronarlo, aunque se pasaba la mayor parte del tiempo suspirando como si estuviera cansado no presentaba ninguna desventaja física en su cuerpo, pero le gustaba hacerlo, era una costumbre que había tomado desde pequeño para sentirse un poco mas aliviado y ligero.
Mientras observaba a la kunoichi escucho un par de rezongos y cuestiones, que sin esperar mucho contesto automáticamente.
- Esta bien, esta bieeen te espero, comprende, no es fácil ser yo
Decía Ichiro en un tono de victima mientras se llevaba la mano derecha a la cara y se acomodaba el pelo hacia un costado. Miraba a su alrededor buscando las opciones que tenían para seguir subiendo el risco de la empinada ciudad. Se percató de una escalera en particular que resaltaba de las otras tres, esta tenía incrustada en sus primeros tres escalones pedazos de piedras haciendo referencia por donde tenían que ir. En realidad, parecía que iba a ser mucho más fácil llegar de lo que pensaba. Un sentimiento de mucha seguridad recorrió al shinobi, lo que lo ponía en un tono burlón cuando se dirigía a su compañera.
- Digamos que vengo a darle una mano a los habitantes de aquí, tengo una filosofía de que lo correcto, no siempre es lo que está bien, además los precios que ofrecen en la feria del muelle son increíbles para hacer trueques!
Contesto el gennin mientras observaba finalizar la agónica subida de su compañera, dio otro suspiro y se desplazó unos pasos más cerca a la siguiente escalera que tenían que tomar.
En movimiento introdujo la mano en la mochila y volvió a hacer presente un mapa, pero este era más parecido a un plano del museo, donde hacía referencia a las diferentes zonas donde se encontraban los objetos y puertas, pasillos y salidas de los mismo. Era áspero, con pinta de añejo y diferente al primero.
Se detuvo a observarlo haciendo espera de que su compañera lo alcanzase mientras lo hacia.
Al joven shinobi le pesaban los hombros, simplemente los dejo caer mientras esperaba a la otra chica, movió su cuello buscando tronarlo, aunque se pasaba la mayor parte del tiempo suspirando como si estuviera cansado no presentaba ninguna desventaja física en su cuerpo, pero le gustaba hacerlo, era una costumbre que había tomado desde pequeño para sentirse un poco mas aliviado y ligero.
Mientras observaba a la kunoichi escucho un par de rezongos y cuestiones, que sin esperar mucho contesto automáticamente.
- Esta bien, esta bieeen te espero, comprende, no es fácil ser yo
Decía Ichiro en un tono de victima mientras se llevaba la mano derecha a la cara y se acomodaba el pelo hacia un costado. Miraba a su alrededor buscando las opciones que tenían para seguir subiendo el risco de la empinada ciudad. Se percató de una escalera en particular que resaltaba de las otras tres, esta tenía incrustada en sus primeros tres escalones pedazos de piedras haciendo referencia por donde tenían que ir. En realidad, parecía que iba a ser mucho más fácil llegar de lo que pensaba. Un sentimiento de mucha seguridad recorrió al shinobi, lo que lo ponía en un tono burlón cuando se dirigía a su compañera.
- Digamos que vengo a darle una mano a los habitantes de aquí, tengo una filosofía de que lo correcto, no siempre es lo que está bien, además los precios que ofrecen en la feria del muelle son increíbles para hacer trueques!
Contesto el gennin mientras observaba finalizar la agónica subida de su compañera, dio otro suspiro y se desplazó unos pasos más cerca a la siguiente escalera que tenían que tomar.
En movimiento introdujo la mano en la mochila y volvió a hacer presente un mapa, pero este era más parecido a un plano del museo, donde hacía referencia a las diferentes zonas donde se encontraban los objetos y puertas, pasillos y salidas de los mismo. Era áspero, con pinta de añejo y diferente al primero.
Se detuvo a observarlo haciendo espera de que su compañera lo alcanzase mientras lo hacia.