10/09/2017, 12:45
(Última modificación: 13/09/2017, 13:48 por Uzumaki Eri.)
Aquella mañana era como cualquier otra, y el viejo y canoso Shiten se encontraba detrás del mostrador haciendo lo que más le gustaba: atender a la gente de su villa. Estaba siendo una buena mañana, y el anciano rebosaba de alegría. No fue hasta pasadas las once de la mañana que el lugar no comenzó a vaciarse, lo suficiente para que nadie se pasase por recepción y él pudiese atender a los pergaminos que tenía que presentar antes de acabar su turno.
— Hey ¿Hay alguna misión rango D?
El encargado levantó la vista y la genin pudo apreciar su arrugado rostro seguramente por culpa de los años que traía encima, sin embargo; también pudo contemplar que por muy viejo que fuera, tenía unos músculos envidiables, ¡y eso que seguramente le cuadruplicaba los años!
—Primero de todo, buenos días jovencita —dijo pasando de una afable sonrisa a un rostro serio, seguramente por los modales de la chica que acababa de aparecer frente a él en el mostrador —. Segundo, necesitaré su nombre completo y rango para poder asignarle una misión oficial.
— Hey ¿Hay alguna misión rango D?
El encargado levantó la vista y la genin pudo apreciar su arrugado rostro seguramente por culpa de los años que traía encima, sin embargo; también pudo contemplar que por muy viejo que fuera, tenía unos músculos envidiables, ¡y eso que seguramente le cuadruplicaba los años!
—Primero de todo, buenos días jovencita —dijo pasando de una afable sonrisa a un rostro serio, seguramente por los modales de la chica que acababa de aparecer frente a él en el mostrador —. Segundo, necesitaré su nombre completo y rango para poder asignarle una misión oficial.