14/09/2017, 03:08
No sería sorpresa que el Yotsuki se termine cansando de ella y la deje sola allí donde se la había encontrado. Después de todo solo sabía echarse abajo por lo que le había ocurrido y es que simplemente no había tenido suerte, tal vez si no hubiese pensado que los clones eran meras ilusiones podría haber hecho algo al respecto. Ese era probablemente el único error del que podía aprender algo.
Fue entonces cuando Yota propuso ir a comer unos dangos, no sin antes dejar en claro lo que sentía respecto de estar entre los dojos por tanto tiempo. «Lo entiendo, tampoco me hace mucha gracia estar encerrada »Le traía alguno que otro recuerdo de su vida antes de graduarse como kunoichi y eso era muy malo, para ella.
—No puedo negarme a la comida —respondió con una sonrisa de medio lado.
Pero como el chico dijera algo de su peso…
—Te sigo, de los Uchiha no hay mucho que pueda contarte, son fuertes y ya, cuando pelean les cambian los ojos a rojo pero no sé si les sea útil para algo —prosiguió esperando a que el contrario decidiera dirigir el camino.
El lado positivo era que conocería un buen lugar donde hincharse el estómago con dangos —seguramente dulces— y por el otro, se dio cuenta de que a pesar de conocer a dos Uchihas, nunca se le ocurrió preguntar algo al respecto del cambio de color de ojos. Era extraño, más que la chica no haya preguntado jamás en su existencia, es decir, a Akame al menos tendría que haberle preguntado si es que estuvieron a punto de… ¿Besarse más intensamente?
Fue entonces cuando Yota propuso ir a comer unos dangos, no sin antes dejar en claro lo que sentía respecto de estar entre los dojos por tanto tiempo. «Lo entiendo, tampoco me hace mucha gracia estar encerrada »Le traía alguno que otro recuerdo de su vida antes de graduarse como kunoichi y eso era muy malo, para ella.
—No puedo negarme a la comida —respondió con una sonrisa de medio lado.
Pero como el chico dijera algo de su peso…
—Te sigo, de los Uchiha no hay mucho que pueda contarte, son fuertes y ya, cuando pelean les cambian los ojos a rojo pero no sé si les sea útil para algo —prosiguió esperando a que el contrario decidiera dirigir el camino.
El lado positivo era que conocería un buen lugar donde hincharse el estómago con dangos —seguramente dulces— y por el otro, se dio cuenta de que a pesar de conocer a dos Uchihas, nunca se le ocurrió preguntar algo al respecto del cambio de color de ojos. Era extraño, más que la chica no haya preguntado jamás en su existencia, es decir, a Akame al menos tendría que haberle preguntado si es que estuvieron a punto de… ¿Besarse más intensamente?