23/07/2015, 06:13
(Última modificación: 23/07/2015, 16:25 por Hanamura Kazuma.)
Al igual que una tormenta otoñal, el combate no parecía mostrar señales de que fuera detenerse pronto.
De momento la táctica de rodeo y desorientación del peliblanco había funcionado. Tanto el cómo los clones se arremolinaban alrededor de su oponente, tratando de atisbar algún momento de debilidad o de descontrol de este. Sin embargo esto no parecía que fuese a ocurrir, puesto el que genin de Kusagakure se veía más tranquilo de lo contemplado en los planes.
«Algo no está bien —pensó, mientras seguía girando en círculos—. Cielos, está muy calmado y observador, probablemente ya casi ha fijado cual es el real. Aunque creo que era mucho pedirle a una técnica básica»
«Supongo que ya no podre proceder como tenía en mente, por lo que tendré que ir por el plan “B” y quizás hasta uno “C” si hace falta»
El joven de la hierba se encontraba estático y respirando profunda y pausadamente. Eso mientras aquel grupo de clones se movía rápidamente alrededor de él. Con casi total seguridad, se podría decir que ya sabía cuál era el ojos grises verdadero. Seguramente solo estaría esperando alguna oportunidad para atacar de forma certera con todas sus fuerzas.
Sin embargo la situación seguía estando dentro de las contemplaciones del Ishimura, puesto que precisamente aquel círculo no tenía como finalidad el ataque, sino más bien el contraataque. Más precisamente era una contramedida para las tácticas que había visto utilizar a su oponente.
En principio se había dado cuenta —de mala manera— que su oponente era más rápido que el, pero mientras él estuviera en movimiento antes, podría compensarla diferencia. Después de todo podía llegar a ser como decía su maestro “Más vale la tortuga que se encuentra en carrera que la liebre que apenas está comenzando”.
Lo otro era algo más de instinto, puesto que su oponente al estar rodeado no se arriesgaría a utilizar su técnica de relámpago de mano contra un objetivo que se mueve alrededor de él, y habiendo encontrado al verdadero piel morena, si quería realmente dar un ataque contundente utilizaría esa misma técnica del golpe electrificado que había usado antes.
Por eso el plan de Kazuma era más que todo instintivo, puesto que dependía de dos cosas que diferir de cómo las esperaba le condenarían; la primera era que su oponente tomara la decisión más lógica en aquella situación y la segunda era que no tuviera más técnicas guardadas con las cuales pudiera sorprenderle.
Al final, todos los planes, sospechas y posibilidades se redujeron a unos cuantos movimientos.
El rubio había parecido elegir a quien atacar, aunque visiblemente había escogido al genin equivocado, fijo su vista en un clon que estaba un poco por delante del real, al cual parecía tener intenciones de atacar.
Efectivamente así parecía ser, puesto que de un momento a otro tomo impulso con lo que parecía ser una trayectoria dirigida a este. En cuanto empezó su movimiento, al Ishimura pareció presentársele la oportunidad de frenarse y atacar a su equivocado oponente.
Sin embargo, ya había formado un plan y sabia que lo mejor era apegarse a él.
En cuanto el joven de Kusa comenzó su movimiento, sin frenarse Kazuma dio un fuerte salto hacia el extremo interior de la rueda mientras se llevaba la mano a la empuñadura de su katana, y mientras sus clones seguían corriendo. En aquel instante paso a poco más de un metro de su oponente que se dirigía en dirección contraria hacia el borde del círculo. Aun así pudo sentir como el aire se agitaba con la fuerza de su desplazamiento.
Justo cuando termino su zancada pudo ver la verdad y el riesgo que corría, puesto que su contrincante había realizado una finta, para terminar golpeando justo donde el Ishimura recién había estado.
«Si he de hacer algo, he de hacerlo ahora» —se dijo a sí mismo.
Kazuma sabía que su oponente no tardaría mucho en reaccionar, así que utilizo el único que recurso que tenía a mano en aquel momento.
Rápidamente mando a todos los clones hacia la posición del ojos azules. Bien sabia que al chocar con el no le harían daño, pero nueve clones abalanzándose sobre él, formado una confusión de imagines y varios pequeño nubarrones al disiparse, tendrían que confundirlo un poco.
Mientras que la multitud de clones chocaran contra su rival, Kazuma aprovecharía el momento para tomar su espada, y con una zancada, avanzaría hasta propinar una fuerte estocada a su rival.
Luego de aquello solo tendría que tomar ventaja de la posición en la que había quedado. Esto siempre y cuando su oponente no tuviera algún as bajo la manga que no estuviera contemplado en los pensamientos del peliblanco.
De momento la táctica de rodeo y desorientación del peliblanco había funcionado. Tanto el cómo los clones se arremolinaban alrededor de su oponente, tratando de atisbar algún momento de debilidad o de descontrol de este. Sin embargo esto no parecía que fuese a ocurrir, puesto el que genin de Kusagakure se veía más tranquilo de lo contemplado en los planes.
«Algo no está bien —pensó, mientras seguía girando en círculos—. Cielos, está muy calmado y observador, probablemente ya casi ha fijado cual es el real. Aunque creo que era mucho pedirle a una técnica básica»
«Supongo que ya no podre proceder como tenía en mente, por lo que tendré que ir por el plan “B” y quizás hasta uno “C” si hace falta»
El joven de la hierba se encontraba estático y respirando profunda y pausadamente. Eso mientras aquel grupo de clones se movía rápidamente alrededor de él. Con casi total seguridad, se podría decir que ya sabía cuál era el ojos grises verdadero. Seguramente solo estaría esperando alguna oportunidad para atacar de forma certera con todas sus fuerzas.
Sin embargo la situación seguía estando dentro de las contemplaciones del Ishimura, puesto que precisamente aquel círculo no tenía como finalidad el ataque, sino más bien el contraataque. Más precisamente era una contramedida para las tácticas que había visto utilizar a su oponente.
En principio se había dado cuenta —de mala manera— que su oponente era más rápido que el, pero mientras él estuviera en movimiento antes, podría compensarla diferencia. Después de todo podía llegar a ser como decía su maestro “Más vale la tortuga que se encuentra en carrera que la liebre que apenas está comenzando”.
Lo otro era algo más de instinto, puesto que su oponente al estar rodeado no se arriesgaría a utilizar su técnica de relámpago de mano contra un objetivo que se mueve alrededor de él, y habiendo encontrado al verdadero piel morena, si quería realmente dar un ataque contundente utilizaría esa misma técnica del golpe electrificado que había usado antes.
Por eso el plan de Kazuma era más que todo instintivo, puesto que dependía de dos cosas que diferir de cómo las esperaba le condenarían; la primera era que su oponente tomara la decisión más lógica en aquella situación y la segunda era que no tuviera más técnicas guardadas con las cuales pudiera sorprenderle.
Al final, todos los planes, sospechas y posibilidades se redujeron a unos cuantos movimientos.
El rubio había parecido elegir a quien atacar, aunque visiblemente había escogido al genin equivocado, fijo su vista en un clon que estaba un poco por delante del real, al cual parecía tener intenciones de atacar.
Efectivamente así parecía ser, puesto que de un momento a otro tomo impulso con lo que parecía ser una trayectoria dirigida a este. En cuanto empezó su movimiento, al Ishimura pareció presentársele la oportunidad de frenarse y atacar a su equivocado oponente.
Sin embargo, ya había formado un plan y sabia que lo mejor era apegarse a él.
En cuanto el joven de Kusa comenzó su movimiento, sin frenarse Kazuma dio un fuerte salto hacia el extremo interior de la rueda mientras se llevaba la mano a la empuñadura de su katana, y mientras sus clones seguían corriendo. En aquel instante paso a poco más de un metro de su oponente que se dirigía en dirección contraria hacia el borde del círculo. Aun así pudo sentir como el aire se agitaba con la fuerza de su desplazamiento.
Justo cuando termino su zancada pudo ver la verdad y el riesgo que corría, puesto que su contrincante había realizado una finta, para terminar golpeando justo donde el Ishimura recién había estado.
«Si he de hacer algo, he de hacerlo ahora» —se dijo a sí mismo.
Kazuma sabía que su oponente no tardaría mucho en reaccionar, así que utilizo el único que recurso que tenía a mano en aquel momento.
Rápidamente mando a todos los clones hacia la posición del ojos azules. Bien sabia que al chocar con el no le harían daño, pero nueve clones abalanzándose sobre él, formado una confusión de imagines y varios pequeño nubarrones al disiparse, tendrían que confundirlo un poco.
Mientras que la multitud de clones chocaran contra su rival, Kazuma aprovecharía el momento para tomar su espada, y con una zancada, avanzaría hasta propinar una fuerte estocada a su rival.
Luego de aquello solo tendría que tomar ventaja de la posición en la que había quedado. Esto siempre y cuando su oponente no tuviera algún as bajo la manga que no estuviera contemplado en los pensamientos del peliblanco.