16/09/2017, 04:14
—¿De verdad tengo que repetírtelo de nuevo? Creía que ya estaba todo claro—. Para él, nada estaba mal, él tenía la razón, la víctima era él y las acusaciones de la rubia eran algo totalmente erróneo. —Ay par favar— Se burló de nuevo, sin medir las consecuencias. Pero, cuando la muchacha le preguntó una vez más y con palabras un poco más agresivas sobre la situación el joven Isa no hizo otra cosa más que estallar en indignación, pues para él no era un jodido chiste, aunque la otra tampoco estuviese enterada de nada. —¡Cuidadito de cómo dices las cosas!—. Recriminó con una cara enrojecida, ofendido.
"¡Por Ame no Kami! Pero es que tiene la lengua más floja que yo y eso ya es mucho decir." Sabía cúal era su posición.
—¿Qué tanto te interesa saber qué me pasa? Porque yo no recuerdo en ningún momento pedir ayuda ni nada por el estilo. Es más, ¿de qué serviría que te lo diga? No ganas nada con eso, ni tú, ni yo. ¿O sí? Oh, ¿es que buscas acaso a alguien a quién sacarle algo para unas risas? ¡Pues te quedas con las ganas!, nena.— Se cruzó de brazos y volteó la cara al lado. —Nadie puede hacer nada al respecto, ¿entendido?—. La voz se le quebró de nuevo, por lo que habló más quedo y sin cruzar la mirada con ella.
"Nadie puede hacer nada. No me pueden entender de ninguna forma. Lo último que necesito es que me tengan puta lástima...
...¿Por qué tenía que morir?...
...Al demonio con el autocompadecimeinto."
No dijo nada más, bajó los brazos, los metió en la chaqueta y se giró descaradamente sobre sus talones con todas las intenciones de marcharse de ahí, dejando a los dos hermanos con la palabra en la boca. Ya había tenido suficiente de ese par.
"¡Por Ame no Kami! Pero es que tiene la lengua más floja que yo y eso ya es mucho decir." Sabía cúal era su posición.
—¿Qué tanto te interesa saber qué me pasa? Porque yo no recuerdo en ningún momento pedir ayuda ni nada por el estilo. Es más, ¿de qué serviría que te lo diga? No ganas nada con eso, ni tú, ni yo. ¿O sí? Oh, ¿es que buscas acaso a alguien a quién sacarle algo para unas risas? ¡Pues te quedas con las ganas!, nena.— Se cruzó de brazos y volteó la cara al lado. —Nadie puede hacer nada al respecto, ¿entendido?—. La voz se le quebró de nuevo, por lo que habló más quedo y sin cruzar la mirada con ella.
"Nadie puede hacer nada. No me pueden entender de ninguna forma. Lo último que necesito es que me tengan puta lástima...
...¿Por qué tenía que morir?...
...Al demonio con el autocompadecimeinto."
No dijo nada más, bajó los brazos, los metió en la chaqueta y se giró descaradamente sobre sus talones con todas las intenciones de marcharse de ahí, dejando a los dos hermanos con la palabra en la boca. Ya había tenido suficiente de ese par.