16/09/2017, 15:35
— Acepto el recargo.
— ¡Acepta el recargo!
Gritó el muchacho en dirección a la única puerta que conectaba el mostrador con la zona de trabajo, y en apenas unos segundos salió la anciana con aquel disfraz cutre. El chico solo le sonreía mientras Juro seguramente tuviese muchas dudas sobre lo que estaba pasando.
— Pues con esto y un bizcocho...
Y tal como había aparecido se fue. Y se quedaron de nuevo ellos dos solos, con un dango tamaño humano mirandoles metaforicamente.
— Cuando había acabado de arreglar la maquina ya estaba más que limpio, así que lo metí. Solo quedaba convencerte de que el secado rápido era lo mejor, y no ha sido díficil. Un placer servirle, Juro-san. Si alguna vez matas a alguien y se te llena de sangre la ropa ya sabes donde estamos. Tambien tenemos procedimientos para quitar sesos y mierdas de caballo, ni te imaginas la de ropa con mierda de animales que nos llega. La primera vez que no vengas de encargo te haré un buen descuento.
Sin moverse del sitio le despidió moviendo la mano de un lado a otro con una sonrisa de oreja a oreja, Juro tendría la sospecha de que les había hecho la ganancia de un mes con tanto recargo, y tal vez así era.
— ¡Acepta el recargo!
Gritó el muchacho en dirección a la única puerta que conectaba el mostrador con la zona de trabajo, y en apenas unos segundos salió la anciana con aquel disfraz cutre. El chico solo le sonreía mientras Juro seguramente tuviese muchas dudas sobre lo que estaba pasando.
— Pues con esto y un bizcocho...
Y tal como había aparecido se fue. Y se quedaron de nuevo ellos dos solos, con un dango tamaño humano mirandoles metaforicamente.
— Cuando había acabado de arreglar la maquina ya estaba más que limpio, así que lo metí. Solo quedaba convencerte de que el secado rápido era lo mejor, y no ha sido díficil. Un placer servirle, Juro-san. Si alguna vez matas a alguien y se te llena de sangre la ropa ya sabes donde estamos. Tambien tenemos procedimientos para quitar sesos y mierdas de caballo, ni te imaginas la de ropa con mierda de animales que nos llega. La primera vez que no vengas de encargo te haré un buen descuento.
Sin moverse del sitio le despidió moviendo la mano de un lado a otro con una sonrisa de oreja a oreja, Juro tendría la sospecha de que les había hecho la ganancia de un mes con tanto recargo, y tal vez así era.