23/07/2015, 15:03
''¿!Qué narices ha hecho este proyecto de ser humano!?''
Si el día de Eri estaba yendo horriblemente extraño y poco ordinario, esto ya era la gota que colmaba el vaso. Después de que Ichiro hubiese aparecido por detrás y darla un susto de muerte. ''No es que fuera una chica asustadiza, no, era... ¡Normal! Si alguien viene por detrás obviamente te vas a asustar... Vale, no me lo esperaba, vaya ninja estoy hecha...'' Había salido corriendo, bueno, en modo charquito, con un objeto probablemente robado, como habían dicho los guardias que ahora mismo iban tras ella por culpa de ese maniático hiperactivo.
Sí, y es que lo único bueno que había podido hacer para reaccionar es salir corriendo de donde estaba, pero como no había salida por allí, estaba dando vueltas en círculos. Con suerte había cogido su bandana de la frente y la había guardado. ''Lo que me faltaba, problemas también para mi villa...'' Había pensado la kunoichi.
''Un momento... ¿Qué estoy haciendo?''
La joven de cabellos azules paró en seco, se giró hacia un guardia y le esperó con brazos cruzados. Los guardias, obviamente, la rodearon, mientras otros fueron en busca de Ichiro, que a saber dónde estaba ya.
-Niña, identifícate, vosotros, registradla.- Dijo uno de los guardias mientras la apuntaban. Dos de los otros comenzaron a palparla por todo el cuerpo, por encima, ya que Eri era menor y no tenían pruebas de que fuera ella una ladrona como el otro joven.
-Antes de que digan algo y con permiso de poder decirlo yo, solo soy una joven que venía de paso, quería conocer el museo y para eos he venido, sin ánimo de robar o agenciarme algo que no es de mi propiedad.-Explicó, indignada.-En cuanto al chico que ha salido corriendo, no tengo nada que ver con él, solo buscó mi ayuda y yo pensé que era un civil normal, al que le brindé la que necesitó, siento si he causado molestias, pero desearía irme, popu.-Terminó la kunoichi, ligeramente cabreada porque los guardias seguían tocándola.
Entonces se alejaron de ella y hablaron con el primer guardia que había hablado, quienes comenzaron a discutir sobre algo que Eri no lograba entender. Par de minutos después, habló.
-Bien, te hemos registrado y no tienes nada, puedes irte, sin embargo, queremos que nos digas lo que sepas de ese chico.- Exigió.
-No recuerdo su nombre bien, sé que empezaba con I, y no es de aquí, venía de otras tierras, siento no poder facilitar más información, ahora si me disculpan.- Eri hizo una reverencia y decidió dirigirse a la puerta, los guardias eran más estúpidos de lo que había imaginado, sin embargo tampoco sabía por qué había mentido, sabía el nombre del chico, pero, lo que no sabía era por qué había robado algo de aquel museo.
Bajó tantas escaleras como pudo y decidió sentarse en un banco de por ahí a descansar, lo que le pasase a Ichiro le traía sin cuidado, pero simplemente le gustaría saber el por qué del robo.
Si el día de Eri estaba yendo horriblemente extraño y poco ordinario, esto ya era la gota que colmaba el vaso. Después de que Ichiro hubiese aparecido por detrás y darla un susto de muerte. ''No es que fuera una chica asustadiza, no, era... ¡Normal! Si alguien viene por detrás obviamente te vas a asustar... Vale, no me lo esperaba, vaya ninja estoy hecha...'' Había salido corriendo, bueno, en modo charquito, con un objeto probablemente robado, como habían dicho los guardias que ahora mismo iban tras ella por culpa de ese maniático hiperactivo.
Sí, y es que lo único bueno que había podido hacer para reaccionar es salir corriendo de donde estaba, pero como no había salida por allí, estaba dando vueltas en círculos. Con suerte había cogido su bandana de la frente y la había guardado. ''Lo que me faltaba, problemas también para mi villa...'' Había pensado la kunoichi.
''Un momento... ¿Qué estoy haciendo?''
La joven de cabellos azules paró en seco, se giró hacia un guardia y le esperó con brazos cruzados. Los guardias, obviamente, la rodearon, mientras otros fueron en busca de Ichiro, que a saber dónde estaba ya.
-Niña, identifícate, vosotros, registradla.- Dijo uno de los guardias mientras la apuntaban. Dos de los otros comenzaron a palparla por todo el cuerpo, por encima, ya que Eri era menor y no tenían pruebas de que fuera ella una ladrona como el otro joven.
-Antes de que digan algo y con permiso de poder decirlo yo, solo soy una joven que venía de paso, quería conocer el museo y para eos he venido, sin ánimo de robar o agenciarme algo que no es de mi propiedad.-Explicó, indignada.-En cuanto al chico que ha salido corriendo, no tengo nada que ver con él, solo buscó mi ayuda y yo pensé que era un civil normal, al que le brindé la que necesitó, siento si he causado molestias, pero desearía irme, popu.-Terminó la kunoichi, ligeramente cabreada porque los guardias seguían tocándola.
Entonces se alejaron de ella y hablaron con el primer guardia que había hablado, quienes comenzaron a discutir sobre algo que Eri no lograba entender. Par de minutos después, habló.
-Bien, te hemos registrado y no tienes nada, puedes irte, sin embargo, queremos que nos digas lo que sepas de ese chico.- Exigió.
-No recuerdo su nombre bien, sé que empezaba con I, y no es de aquí, venía de otras tierras, siento no poder facilitar más información, ahora si me disculpan.- Eri hizo una reverencia y decidió dirigirse a la puerta, los guardias eran más estúpidos de lo que había imaginado, sin embargo tampoco sabía por qué había mentido, sabía el nombre del chico, pero, lo que no sabía era por qué había robado algo de aquel museo.
Bajó tantas escaleras como pudo y decidió sentarse en un banco de por ahí a descansar, lo que le pasase a Ichiro le traía sin cuidado, pero simplemente le gustaría saber el por qué del robo.