20/09/2017, 02:20
Segura era poco, y así se apresuró a dejarlo en claro.
—¡Claro que sí! Pero solo lo dulce —afirmó alegremente sin preocuparse en lo más mínimo por nada.
¿Dinero? No necesitaba, estaban los benditos cupones de participante del torneo y en el peor de los casos que le pasaran factura por semejante gasto podía pagar de todas maneras, o pedirle a su hermano que le deje algunos ryos y ya. En otras palabras, el dinero para ella no era ningún problema ni tampoco el tiempo que tuviesen que esperar para que todo estuviese listo.
Lo que Yota hacía o pensaba le era completamente ajeno a la rubia, quien estaba casi dando pequeños saltos en el lugar de pura alegría de poder llenarse a reventar de dulces.
—¡Claro que sí! Pero solo lo dulce —afirmó alegremente sin preocuparse en lo más mínimo por nada.
¿Dinero? No necesitaba, estaban los benditos cupones de participante del torneo y en el peor de los casos que le pasaran factura por semejante gasto podía pagar de todas maneras, o pedirle a su hermano que le deje algunos ryos y ya. En otras palabras, el dinero para ella no era ningún problema ni tampoco el tiempo que tuviesen que esperar para que todo estuviese listo.
Lo que Yota hacía o pensaba le era completamente ajeno a la rubia, quien estaba casi dando pequeños saltos en el lugar de pura alegría de poder llenarse a reventar de dulces.