25/07/2015, 08:26
Tras escuchar las palabras de la joven el guardia más veterano saco dos posibles conclusiones, que estuviera diciendo la verdad, que no conocía el joven y no estaba relacionada en lo absoluto con su persona, en ese caso, no hubiera sido problema en dejarla ir. La segunda opción era que la muchacha estuviera entramada en el asunto, pero necesitaba pruebas para comprobar esto, porque aunque el muchacho se hubiera topado con ella minutos antes no eran suficientes evidencias, aparte de que estaba limpia y ni siquiera se había acercado a la escena del crimen.
Esto generó grandes dudas y el guardia se dirigió a uno de sus hombres. Mientras la muchacha se retiraba del museo, este le explico a su colega las sospechas y le ordeno que siguiera a la kunoichi para ver hacia donde se dirigía, quizá así podrían topar con el verdadero ladrón. También ordeno cerrar el muelle y revisar a todas las personas que intentaran salir de la isla.
Mientras tanto Eri se había sentado en un banco de lo que parecía una pequeña plaza en la ciudad. Ichiro hacia su intromisión transformado en agua de nuevo. Justo a los pies de la muchacha, el suelo comenzó a tomar la forma de la cara del muchacho, que luego de asimilarse a su rostro o casi. Empezó a platicar con ella.
- Al fin te detienes!.- Dijo la parte del suelo con la forma de la cara de Ichiro, mientras fruncía el seño, dio un suspiro. – Hace rato estaba intentando alcanzarte, pero cuando uno tiene piernas flácidas es difícil
Exclamaba mientras sacaba un brazo del piso convertido en agua, temblando como una gelatina por su composición para justificar su chiste malo.
Era verdad, el joven desde hace un momento estaba buscando a la kunoichi, se había sentido un poco mal por dejarla en aquella situación, pero sabía que no le ocurriría nada malo, o al menos eso pensaba. Esta vez había vuelto para ayudarla
- Hay muchos problemas, el puerto esta minado de guardias. El puerto y toda la ciudad. Como… el que te está observando desde la calle
El shinobi se había dado cuenta de esto por la forma peculiar de vestir del guardia, aunque iba de civil obviamente no era un ciudadano, ya que su vestimenta era cómoda y de telas caras. No para los habitantes que vivían en las casas de madera de esa pequeña ciudad.
Esto generó grandes dudas y el guardia se dirigió a uno de sus hombres. Mientras la muchacha se retiraba del museo, este le explico a su colega las sospechas y le ordeno que siguiera a la kunoichi para ver hacia donde se dirigía, quizá así podrían topar con el verdadero ladrón. También ordeno cerrar el muelle y revisar a todas las personas que intentaran salir de la isla.
Mientras tanto Eri se había sentado en un banco de lo que parecía una pequeña plaza en la ciudad. Ichiro hacia su intromisión transformado en agua de nuevo. Justo a los pies de la muchacha, el suelo comenzó a tomar la forma de la cara del muchacho, que luego de asimilarse a su rostro o casi. Empezó a platicar con ella.
- Al fin te detienes!.- Dijo la parte del suelo con la forma de la cara de Ichiro, mientras fruncía el seño, dio un suspiro. – Hace rato estaba intentando alcanzarte, pero cuando uno tiene piernas flácidas es difícil
Exclamaba mientras sacaba un brazo del piso convertido en agua, temblando como una gelatina por su composición para justificar su chiste malo.
Era verdad, el joven desde hace un momento estaba buscando a la kunoichi, se había sentido un poco mal por dejarla en aquella situación, pero sabía que no le ocurriría nada malo, o al menos eso pensaba. Esta vez había vuelto para ayudarla
- Hay muchos problemas, el puerto esta minado de guardias. El puerto y toda la ciudad. Como… el que te está observando desde la calle
El shinobi se había dado cuenta de esto por la forma peculiar de vestir del guardia, aunque iba de civil obviamente no era un ciudadano, ya que su vestimenta era cómoda y de telas caras. No para los habitantes que vivían en las casas de madera de esa pequeña ciudad.