22/09/2017, 04:34
El bollo con chocolate resultó ser más bien una bomba, una que desparramó su contenido por el rostro de la Kageyama y algo también terminó por caerle sobre el vestido. Todo gracias a su busto o de lo contrario probablemente habría caído sobre la mesa. Una pena que tuviese aquellos atributos.
Pero aquello no la detuvo al momento de engullir el resto del bollo y apenas para ese momento notaría que su acompañante le estaba ofreciendo unas servilletas, las cuales tomó con delicadeza.
—Gracias —dijo sin más.
Lo primero que buscó limpiarse era el rostro, cosa que no le tomó prácticamente nada de tiempo y luego procedió a intentar remover tanto chocolate como le fuese posible del vestido, aunque era obvio que no lograría dejarlo tal y como estaba antes de que le cayera aquella sustancia marrón. Aunque mucho no le importaba si vamos al caso.
—Soy criada no señor… —Respondió por reflejo, aunque se interrumpió al recordar que ya no era lo que afirmaba ser.
Para colmo al momento de interrumpirse, la chica se quedó estática mirando en dirección a Yota, como si hubiese entrado en trance al decir algo que no debía. Duró un rato, es cierto, pero al final reaccionó y recuperó aquella inocente mirada suya.
—Bueno, una se pone peor cuando está entrenando o peleando, ¿verdad? Somos ninjas después de todo.
Tal vez con eso bastaría para desviar la atención del genin que la acompañaba, o tal vez no.
Pero aquello no la detuvo al momento de engullir el resto del bollo y apenas para ese momento notaría que su acompañante le estaba ofreciendo unas servilletas, las cuales tomó con delicadeza.
—Gracias —dijo sin más.
Lo primero que buscó limpiarse era el rostro, cosa que no le tomó prácticamente nada de tiempo y luego procedió a intentar remover tanto chocolate como le fuese posible del vestido, aunque era obvio que no lograría dejarlo tal y como estaba antes de que le cayera aquella sustancia marrón. Aunque mucho no le importaba si vamos al caso.
—Soy criada no señor… —Respondió por reflejo, aunque se interrumpió al recordar que ya no era lo que afirmaba ser.
Para colmo al momento de interrumpirse, la chica se quedó estática mirando en dirección a Yota, como si hubiese entrado en trance al decir algo que no debía. Duró un rato, es cierto, pero al final reaccionó y recuperó aquella inocente mirada suya.
—Bueno, una se pone peor cuando está entrenando o peleando, ¿verdad? Somos ninjas después de todo.
Tal vez con eso bastaría para desviar la atención del genin que la acompañaba, o tal vez no.