16/10/2017, 04:38
—¿Hablas de honor?
Y ahí volvía otra vez. Esa mueca macabra, ese reflejo del inframundo que hacía ponerle los pelos de punta.
—¿Justo aquél que me pidió que le consiga algo ilegal?
El Uchiha frunció el ceño, confuso.
—No sé qué tiene eso de contradictorio —le rebatió. Tampoco es que le pusiese pegas cuando se lo propuso, que él recordase. «Bah, simplemente está poniendo excusas. Se ve que tendré que conseguírmelo por mi cuenta…»
Sin embargo, algo ocurrió. Algo que podría cambiar los acontecimientos de aquella indecente… apuesta. Noemi surgió de pronto de entre las escaleras, como una Señora Feudal llevada en una litera por sus esclavos. Solo que allí solo había un posible esclavo, un enorme gorila que usaba su espalda como silla. Y es que aquel hombre era tan alto que al Uchiha le sacaba por lo menos dos cabezas, y sus brazos, gruesos como troncos, eran casi tan anchos como la espalda del propio Uchiha.
Noemi habló, y Datsue le notó la voz distinta. Como más… ¿apagada? No pudo fijarse —para desgracia de su vista— en el habitual escote que solía llevar, debido a que encima de aquel hombretón estaba mucho más alta que él, pero sí quiso posar sus ojos en… su brazo. O en donde debía estar su brazo, más bien. Había oído que aparte de la pierna, también le faltaba otra extremidad. Luego, consciente de lo grosero y maleducado que sería si le cazaban, volvió a fijar su mirada en los ojos de ella.
—Me alegra volver a verte, Noemi —¿Lo hacía? El Uchiha tenía demasiados sentimientos encontrados al respecto.
—Ajá… ¿Y entonces? —La voz de aquel grandullón le hizo cuadrarse. ¿Quién demonios era? ¿Un simple sirviente? Por sus pintas, no lo creía. Más bien, ahora que se fijaba… tenía los rasgos característicos de un Sakamoto. «Y tiene toda la pinta de ser jōnin»
—Lo siento, señor. Creo que no nos han presentado —se adelantó un paso y le ofreció la mano—. Uchiha Datsue. Ya sabe… el que libró a la Villa de la tiranía de Zoku. —Datsue era conocedor, como la mayoría en la Villa, de que los Sakamoto no se llevaban pero que nada bien con Zoku, incluso antes de que éste se revelase como traidor. Esperaba que el hecho de haberle matado le diese algunos puntos… en compensación por el resto—. Koko y yo estábamos hablando de… Bueno —la miró un segundo. Todavía no había cogido la maldita bolsa—, una promesa que me hizo el otro día.
Y ahí volvía otra vez. Esa mueca macabra, ese reflejo del inframundo que hacía ponerle los pelos de punta.
—¿Justo aquél que me pidió que le consiga algo ilegal?
El Uchiha frunció el ceño, confuso.
—No sé qué tiene eso de contradictorio —le rebatió. Tampoco es que le pusiese pegas cuando se lo propuso, que él recordase. «Bah, simplemente está poniendo excusas. Se ve que tendré que conseguírmelo por mi cuenta…»
Sin embargo, algo ocurrió. Algo que podría cambiar los acontecimientos de aquella indecente… apuesta. Noemi surgió de pronto de entre las escaleras, como una Señora Feudal llevada en una litera por sus esclavos. Solo que allí solo había un posible esclavo, un enorme gorila que usaba su espalda como silla. Y es que aquel hombre era tan alto que al Uchiha le sacaba por lo menos dos cabezas, y sus brazos, gruesos como troncos, eran casi tan anchos como la espalda del propio Uchiha.
Noemi habló, y Datsue le notó la voz distinta. Como más… ¿apagada? No pudo fijarse —para desgracia de su vista— en el habitual escote que solía llevar, debido a que encima de aquel hombretón estaba mucho más alta que él, pero sí quiso posar sus ojos en… su brazo. O en donde debía estar su brazo, más bien. Había oído que aparte de la pierna, también le faltaba otra extremidad. Luego, consciente de lo grosero y maleducado que sería si le cazaban, volvió a fijar su mirada en los ojos de ella.
—Me alegra volver a verte, Noemi —¿Lo hacía? El Uchiha tenía demasiados sentimientos encontrados al respecto.
—Ajá… ¿Y entonces? —La voz de aquel grandullón le hizo cuadrarse. ¿Quién demonios era? ¿Un simple sirviente? Por sus pintas, no lo creía. Más bien, ahora que se fijaba… tenía los rasgos característicos de un Sakamoto. «Y tiene toda la pinta de ser jōnin»
—Lo siento, señor. Creo que no nos han presentado —se adelantó un paso y le ofreció la mano—. Uchiha Datsue. Ya sabe… el que libró a la Villa de la tiranía de Zoku. —Datsue era conocedor, como la mayoría en la Villa, de que los Sakamoto no se llevaban pero que nada bien con Zoku, incluso antes de que éste se revelase como traidor. Esperaba que el hecho de haberle matado le diese algunos puntos… en compensación por el resto—. Koko y yo estábamos hablando de… Bueno —la miró un segundo. Todavía no había cogido la maldita bolsa—, una promesa que me hizo el otro día.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado