17/10/2017, 01:14
—Lo mismo —secundó la rubia ahora algo cabizbaja.
—Perfecto —afirmó conforme el mayor—. No hace falta hablar de la revista, se llevaban jodidamente mal por los problemas pasados y poco más —afirmó pasando de ese asunto y entonces fijó su mirada en la pecosa—. Seguimos con… Koko.
La Kageyama tuvo un pequeño escalofrío que pareció indicarle que la severa mirada de su hermano estaba clavada en ella y no se equivocó, pues al alzar ligeramente la vista le vio perfectamente.
—Se supone que ya habían resuelto el problema en el valle de los dojos pero ahora me encuentro con que se llevan mal de nuevo. ¿Qué pasó? —preguntó con suma firmeza, esperando sinceridad por parte de la rubia a la que preguntaba.
Para este momento Noemi ya se habría re-acomodado sobre el colchón, ahora se hallaba sentada con las piernas cruzadas y la espalda apoyada contra la pared. Estaba cabizbaja y ahora era ella quien hacía pucheros ya que no le había agradado en lo más mínimo que la regañasen.
—Me lo crucé hace un par de días, hablamos un rato y luego decidimos tener un combate de práctica con algunas condiciones, como evitar golpes bajos o no pasarnos con el ninjutsu y las armas que nos arrojásemos, por mi parte, dije que no usáramos sellos explosivos, suponiendo que se sobreentendería que no quería explosiones en general. Al poco de comenzar el entrenamiento, Datsue creó un clon que vino hacía mí, quise golpearlo y explotó, literalmente explotó —en ese momento hizo una ligera pausa y se miró la mano, todavía con un leve tono rojizo causado por aquella explosión, pero que no iba a servir de mucho en su relato—. ¿Cómo iba a saber yo que el tipo sabía crear explosiones de otras formas? La cuestión es que me enojé y se lo hice saber, quise irme al hospital y Datsue decidió provocarme.
Esta vez la pausa la hizo para dedicarle una mirada rencorosa al Uchiha, por su culpa ahora se hallaba en esa situación como si estuviese en medio de un juicio.
—Terminó con mi paciencia y le di con un lariatt a traición, se lo comió de lleno, lo mandé a volar y suponiendo que no podía respirar intenté ayudarlo. Supongo que fue ahí cuando me echó una técnica rara que paraliza a la persona en cuestión. Lo importante es que luego de un intercambio de palabras me quise ir y Datsue activó su técnica dejándome completamente paralizada en medio de la playa, aunque más al rato se devolvió y me tiró su capa encima para que no pase frío.
»¿Qué quieres que te diga? Me molestó muchísimo que a pesar de la norma me explotase de todas formas y que para colmo, después de que le expresara mi molestia empezara a provocarme —la mirada de la pecosa se devolvió a su hermano—. Sabes que yo no soy así, jamás ataco a traición, pero ese día terminó con mi paciencia.
Hideo se había mantenido en silencio, escuchando absolutamente todo y con una mueca pensativa suspiró. Luego se giró hacia el Uchiha.
— Solo di si es verdad todo lo que ella dijo y luego cuenta tu versión. Nada más, no cuestiones lo que ella haya dicho, ¿entendido? —le indicó finalmente.
No estaban allí para debatir, solo iban a dejar los puntos claros de una buena vez.
—Perfecto —afirmó conforme el mayor—. No hace falta hablar de la revista, se llevaban jodidamente mal por los problemas pasados y poco más —afirmó pasando de ese asunto y entonces fijó su mirada en la pecosa—. Seguimos con… Koko.
La Kageyama tuvo un pequeño escalofrío que pareció indicarle que la severa mirada de su hermano estaba clavada en ella y no se equivocó, pues al alzar ligeramente la vista le vio perfectamente.
—Se supone que ya habían resuelto el problema en el valle de los dojos pero ahora me encuentro con que se llevan mal de nuevo. ¿Qué pasó? —preguntó con suma firmeza, esperando sinceridad por parte de la rubia a la que preguntaba.
Para este momento Noemi ya se habría re-acomodado sobre el colchón, ahora se hallaba sentada con las piernas cruzadas y la espalda apoyada contra la pared. Estaba cabizbaja y ahora era ella quien hacía pucheros ya que no le había agradado en lo más mínimo que la regañasen.
—Me lo crucé hace un par de días, hablamos un rato y luego decidimos tener un combate de práctica con algunas condiciones, como evitar golpes bajos o no pasarnos con el ninjutsu y las armas que nos arrojásemos, por mi parte, dije que no usáramos sellos explosivos, suponiendo que se sobreentendería que no quería explosiones en general. Al poco de comenzar el entrenamiento, Datsue creó un clon que vino hacía mí, quise golpearlo y explotó, literalmente explotó —en ese momento hizo una ligera pausa y se miró la mano, todavía con un leve tono rojizo causado por aquella explosión, pero que no iba a servir de mucho en su relato—. ¿Cómo iba a saber yo que el tipo sabía crear explosiones de otras formas? La cuestión es que me enojé y se lo hice saber, quise irme al hospital y Datsue decidió provocarme.
Esta vez la pausa la hizo para dedicarle una mirada rencorosa al Uchiha, por su culpa ahora se hallaba en esa situación como si estuviese en medio de un juicio.
—Terminó con mi paciencia y le di con un lariatt a traición, se lo comió de lleno, lo mandé a volar y suponiendo que no podía respirar intenté ayudarlo. Supongo que fue ahí cuando me echó una técnica rara que paraliza a la persona en cuestión. Lo importante es que luego de un intercambio de palabras me quise ir y Datsue activó su técnica dejándome completamente paralizada en medio de la playa, aunque más al rato se devolvió y me tiró su capa encima para que no pase frío.
»¿Qué quieres que te diga? Me molestó muchísimo que a pesar de la norma me explotase de todas formas y que para colmo, después de que le expresara mi molestia empezara a provocarme —la mirada de la pecosa se devolvió a su hermano—. Sabes que yo no soy así, jamás ataco a traición, pero ese día terminó con mi paciencia.
Hideo se había mantenido en silencio, escuchando absolutamente todo y con una mueca pensativa suspiró. Luego se giró hacia el Uchiha.
— Solo di si es verdad todo lo que ella dijo y luego cuenta tu versión. Nada más, no cuestiones lo que ella haya dicho, ¿entendido? —le indicó finalmente.
No estaban allí para debatir, solo iban a dejar los puntos claros de una buena vez.