19/10/2017, 03:37
Ah, la fuerza, ese bien tan preciado que todo ninja debía poseer. Sí, Datsue sabía que era su punto flojo. Sus manos y sus dedos hacían virguerías que pocos chicos de su edad eran capaces de realizar. Con armas pequeñas, tenía la habilidad de un auténtico prestidigitador. Pero en cuánto lo que manejase pesase algo de más… sufría. En las últimas semanas se había puesto serio al respecto. Primero, porque creía que si conseguía cansarse lo suficiente en entrenamientos agotadores, lograría dormir una noche entera. Segundo, porque ya era hora de tener un cuerpo de shinobi. Un cuerpo trabajado. Con lo primero no había tenido éxito, y con lo segundo... Bueno, todavía le quedaba un largo camino que recorrer.
—Llévale este a Koko, en la habitación hay un escritorio, puedes dejarte tu tazón ahí.
Expiró aire por la nariz. El Uchiha empezaba a estar cansado de tanta orden. Llévame hasta aquí. Tráeme aquello. Tráeme lo otro. Llévale esto a mi hermana… Una cosa era ayudar a alguien por amabilidad —cosa que ya le solía costar— y otra muy distinta que le tratasen como un criado. Pero cedió una vez más, pensando siempre en el objetivo final: esos sedantes; esas armas que quería venderles.
—Te traigo tu tazón, Koko —dijo, mientras dejaba el suyo en el escritorio. Esperaba que la kunoichi saliese al menos de la cueva que se había creado bajo las sábanas para cogerlo, o de lo contrario dejaría el suyo también sobre el escritorio.
»¿Te ayudo hasta la habitación? —preguntó a Noemi, al regresar y situarse junto a ella. Mejor quedar como un caballero a esperar a que se lo volviesen a mandar…
—Llévale este a Koko, en la habitación hay un escritorio, puedes dejarte tu tazón ahí.
Expiró aire por la nariz. El Uchiha empezaba a estar cansado de tanta orden. Llévame hasta aquí. Tráeme aquello. Tráeme lo otro. Llévale esto a mi hermana… Una cosa era ayudar a alguien por amabilidad —cosa que ya le solía costar— y otra muy distinta que le tratasen como un criado. Pero cedió una vez más, pensando siempre en el objetivo final: esos sedantes; esas armas que quería venderles.
—Te traigo tu tazón, Koko —dijo, mientras dejaba el suyo en el escritorio. Esperaba que la kunoichi saliese al menos de la cueva que se había creado bajo las sábanas para cogerlo, o de lo contrario dejaría el suyo también sobre el escritorio.
»¿Te ayudo hasta la habitación? —preguntó a Noemi, al regresar y situarse junto a ella. Mejor quedar como un caballero a esperar a que se lo volviesen a mandar…
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado