19/10/2017, 04:38
A pesar de la orden, el shinobi no se movió del lugar, pero sí habló, fastidiando aún más a la rubia.
—¿Y qué pretendes? ¿Quedarte el resto del día aquí? —Le respondió con una sonrisa irritada en el rostro.
No le gustaba para nada la idea de tener que irse a saltos con un tazón de fruta, y tampoco tener que recurrir a su hermana para salir de allí o algo del estilo. En parte porque se sentía mal de estar todo el tiempo dependiendo de ella y en parte por orgullo.
—¿Y qué pretendes? ¿Quedarte el resto del día aquí? —Le respondió con una sonrisa irritada en el rostro.
No le gustaba para nada la idea de tener que irse a saltos con un tazón de fruta, y tampoco tener que recurrir a su hermana para salir de allí o algo del estilo. En parte porque se sentía mal de estar todo el tiempo dependiendo de ella y en parte por orgullo.