23/10/2017, 00:12
—¿Sabes? Dicen por ahí que si estás excesivamente cansado puedes dormir sin llegar a soñar nada, como si tu cerebro se apagara.
El Uchiha esbozó una sonrisa. Seguramente Noemi no lo captase por la proximidad de sus rostros, pero era una sonrisa amarga. No, aquello ya lo había intentado. Por eso las últimas semanas había ganado en músculo. Se había ejercitado como nunca, buscando precisamente llevar a su cuerpo al estado de la extenuación. Pero no había funcionado. Y no había funcionado porque, aunque hubiese conseguido que su cerebro quedase tan agotado que ni un sueño produjese —cosa que ni siquiera sabía si era posible—, no hubiese tenido éxito en su objetivo. Y no lo hubiese tenido porque el responsable de aquellas pesadillas no era él, sino el Shukaku. Una bestia maligna que disfrutaba torturándole como un niño pequeño disfrutaría con su nuevo juguete.
Pero Noemi le besó, cortando la respuesta que sus labios querían formar, y quitándole importancia a sus pensamientos. Entonces, ella le propuso un trato. Un trato de lo más curioso:
—Hasta que uno de los dos no pueda más, ¿vale?
El rostro de Datsue se iluminó, como cuando un primo —así era como llamaban los timadores a los incautos que se dejaban estafar fácilmente— caía en uno de sus fraudes. «Oh… No sabes lo que acabas de decir…»
Y entonces…
—¿Nos vemos mañana entonces? —preguntó, tirando del obi del kimono de ella para pegarla a él.
Pasaban las doce del mediodía. Por bastante. Se encontraban frente a la puerta del apartamento de Koko, aunque todavía no habían llamado a la puerta. El Uchiha, vestido con un pantalón de pijama, una camisa de tiras y unas zapatillas de andar por casa. Total, tan solo se había tenido que desplazar cinco metros desde su casa para llegar hasta allí.
Por lo demás, al Uchiha se le veía bastante cansado. Tenía ojeras, y los ojos rojizos, característicos de no haber dormido casi nada. Por una vez, eso sí, el responsable no era Shukaku…
… O al menos no el único.
El Uchiha esbozó una sonrisa. Seguramente Noemi no lo captase por la proximidad de sus rostros, pero era una sonrisa amarga. No, aquello ya lo había intentado. Por eso las últimas semanas había ganado en músculo. Se había ejercitado como nunca, buscando precisamente llevar a su cuerpo al estado de la extenuación. Pero no había funcionado. Y no había funcionado porque, aunque hubiese conseguido que su cerebro quedase tan agotado que ni un sueño produjese —cosa que ni siquiera sabía si era posible—, no hubiese tenido éxito en su objetivo. Y no lo hubiese tenido porque el responsable de aquellas pesadillas no era él, sino el Shukaku. Una bestia maligna que disfrutaba torturándole como un niño pequeño disfrutaría con su nuevo juguete.
Pero Noemi le besó, cortando la respuesta que sus labios querían formar, y quitándole importancia a sus pensamientos. Entonces, ella le propuso un trato. Un trato de lo más curioso:
—Hasta que uno de los dos no pueda más, ¿vale?
El rostro de Datsue se iluminó, como cuando un primo —así era como llamaban los timadores a los incautos que se dejaban estafar fácilmente— caía en uno de sus fraudes. «Oh… No sabes lo que acabas de decir…»
Y entonces…
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—¿Nos vemos mañana entonces? —preguntó, tirando del obi del kimono de ella para pegarla a él.
Pasaban las doce del mediodía. Por bastante. Se encontraban frente a la puerta del apartamento de Koko, aunque todavía no habían llamado a la puerta. El Uchiha, vestido con un pantalón de pijama, una camisa de tiras y unas zapatillas de andar por casa. Total, tan solo se había tenido que desplazar cinco metros desde su casa para llegar hasta allí.
Por lo demás, al Uchiha se le veía bastante cansado. Tenía ojeras, y los ojos rojizos, característicos de no haber dormido casi nada. Por una vez, eso sí, el responsable no era Shukaku…
… O al menos no el único.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado