23/10/2017, 00:59
¿Qué no lo lamentaba? ¡No había dormido nada por culpa de ella y su maldita idea!
Pero antes de que la rubia pudiera decir nada, en ese preciso instante en que abrió la boca para protestar, Datsue la obligó a callarse con un beso, uno que le gustó demasiado, tal vez porque estaba dándole la espalda y era una postura un tanto sugerente. Pero lo importante era que mientras se besaban se pudo escuchar una serie de ruidos secos.
Datsue había llamado a la puerta. Pero a Noemi pareció no importarle y siguió con aquel beso.
Poco tiempo pasó para que la puerta se abriese lentamente, dejando ver del otro lado a una pecosa de aspecto cansado. Casi parecía no haber dormido nada al igual que el Uchiha, pero la realidad era que apenas si estaba despertando de un tremendamente largo sueño.
La expresión de la Kageyama seguramente no era lo que se esperarían los otros dos, en lugar de mostrarse... Serena, tranquila como si nunca nada hubiese pasado, frunció el entrecejo y los miró fijamente. Había algo que no encajaba, y probablemente el beso tuviese algo que ver.
—¿Qué me perdí? —Preguntó algo extrañada.
Cualquiera llegaría a la conclusión de que no había leído la nota que le habían dejado. Y de paso, la Sakamoto parecía demasiado centrada en el beso como para prestarle atención a su hermana.
Pero antes de que la rubia pudiera decir nada, en ese preciso instante en que abrió la boca para protestar, Datsue la obligó a callarse con un beso, uno que le gustó demasiado, tal vez porque estaba dándole la espalda y era una postura un tanto sugerente. Pero lo importante era que mientras se besaban se pudo escuchar una serie de ruidos secos.
Datsue había llamado a la puerta. Pero a Noemi pareció no importarle y siguió con aquel beso.
Poco tiempo pasó para que la puerta se abriese lentamente, dejando ver del otro lado a una pecosa de aspecto cansado. Casi parecía no haber dormido nada al igual que el Uchiha, pero la realidad era que apenas si estaba despertando de un tremendamente largo sueño.
La expresión de la Kageyama seguramente no era lo que se esperarían los otros dos, en lugar de mostrarse... Serena, tranquila como si nunca nada hubiese pasado, frunció el entrecejo y los miró fijamente. Había algo que no encajaba, y probablemente el beso tuviese algo que ver.
—¿Qué me perdí? —Preguntó algo extrañada.
Cualquiera llegaría a la conclusión de que no había leído la nota que le habían dejado. Y de paso, la Sakamoto parecía demasiado centrada en el beso como para prestarle atención a su hermana.