29/10/2017, 19:30
Pronto ambos shinobis llegarían a la armería, una cuyo nombre se le hacía extrañamente curioso. «Como se nota que te llevas con los dueños »pensó cómica, después de todo, aquel chico siempre que podía se presentaba como ”el intrépido”.
Nada más entrar, la kunoichi pudo apreciar una gran cantidad de armamento bien organizado y perfectamente visible a pesar de la falta de espacio. Era sorprendente lo que se podía lograr con algo de paciencia y tal vez, buen gusto. Aunque claro, el sexto sentido de la Kageyama le decía que aquello sería muy difícil de mantener limpio y que —probablemente— hubiese algo de suciedad oculta entre repisa y repisa. Pero no haría alusión a ello, ni ahora ni nunca.
Al otro lado del mostrador se encontraba un hombre, bastante robusto y no por ejercicio por lo visto. Pero se le veía buena gente.
—Buen día —saludó ella con una ligera reverencia—. Quisiera comprar un ninjatō, si es posible.
La chica esta vez mostraba su habitual sonrisa, esa que da a entender que todo está en orden en su vida y que… Por cierto motivo en los últimos días no había logrado mostrar. Por lo menos hasta que pudo ponerse al tanto de ciertas cosas.
Nada más entrar, la kunoichi pudo apreciar una gran cantidad de armamento bien organizado y perfectamente visible a pesar de la falta de espacio. Era sorprendente lo que se podía lograr con algo de paciencia y tal vez, buen gusto. Aunque claro, el sexto sentido de la Kageyama le decía que aquello sería muy difícil de mantener limpio y que —probablemente— hubiese algo de suciedad oculta entre repisa y repisa. Pero no haría alusión a ello, ni ahora ni nunca.
Al otro lado del mostrador se encontraba un hombre, bastante robusto y no por ejercicio por lo visto. Pero se le veía buena gente.
—Buen día —saludó ella con una ligera reverencia—. Quisiera comprar un ninjatō, si es posible.
La chica esta vez mostraba su habitual sonrisa, esa que da a entender que todo está en orden en su vida y que… Por cierto motivo en los últimos días no había logrado mostrar. Por lo menos hasta que pudo ponerse al tanto de ciertas cosas.