30/10/2017, 16:41
No le estaba agradando que el chico no pudiera tranquilizarse a pesar de todo lo que el cariño que ella le estaba demostrando. Más aún a sabiendas de que aquella posición a él siempre le había gustado, es decir, siempre que se acomodaban de esa manera el Uchiha podía relajarse sin importarle nada más.
Pero pronto el contrario se daría la vuelta apenas separándose de ella. Se lo permitió separando sus brazos de él y recibió aquel beso con gusto.
La idea de salir a comer siempre era buena, más si querías profundizar un poco tu relación con la Kageyama que pronto comenzaría a salivar de más y por una milésima de segundo su cara se transformó, dejando en claro que se estaba haciendo ideas raras en la cabeza.
Aunque al final, regresó a la realidad.
Miró sonriente a Akame, le plantó otro beso y lo atrapó entre sus brazos para obligarlo a tumbarse a un lado de la cama y depositó todo su peso sobre él. Luego de unos instantes así, se separó lo justo y necesario para poder hablarle.
—O podría cocinarte algo —sugirió antes de volver a besarle.
Había prometido cocinarle alguna vez, pero hasta el momento no había tenido la oportunidad porque siempre olvidaba comprar algo… A excepción de dulces y cosas poco sanas, eso nunca faltaba en la nevera de la pecosa.
Pero pronto el contrario se daría la vuelta apenas separándose de ella. Se lo permitió separando sus brazos de él y recibió aquel beso con gusto.
La idea de salir a comer siempre era buena, más si querías profundizar un poco tu relación con la Kageyama que pronto comenzaría a salivar de más y por una milésima de segundo su cara se transformó, dejando en claro que se estaba haciendo ideas raras en la cabeza.
Aunque al final, regresó a la realidad.
Miró sonriente a Akame, le plantó otro beso y lo atrapó entre sus brazos para obligarlo a tumbarse a un lado de la cama y depositó todo su peso sobre él. Luego de unos instantes así, se separó lo justo y necesario para poder hablarle.
—O podría cocinarte algo —sugirió antes de volver a besarle.
Había prometido cocinarle alguna vez, pero hasta el momento no había tenido la oportunidad porque siempre olvidaba comprar algo… A excepción de dulces y cosas poco sanas, eso nunca faltaba en la nevera de la pecosa.