30/10/2017, 17:15
(Última modificación: 30/10/2017, 17:20 por Uchiha Datsue.)
Tanto Okane como Datsue permanecieron en silencio observando los distintos movimientos de la kunoichi, que con gestos metódicos y medidos calibraba la calidad del ninjatō. Se notaba que no era novata en el tema, ni mucho menos, pero por suerte, la calidad de su producto pasó la prueba.
—¡Perfecto! —exclamó Okane, sonriente—. ¿Puedo sugerirle algún producto de limpieza? ¡Vendemos un kit de mantenimiento por solo veinte ryō! Muy completo, ¡es una ganga! El ninjatō son mil ryō —Datsue carraspeó—, pero los amigos del señorito Datsue son mis amigos, así que le haré un descuento del veinticinco por ciento. Eso hace que le queden en… Setecientos cincuenta ryō.
El acuerdo que Datsue tenía con Okane era muy sencillo. El chico le llevaba clientes a la tienda, con la promesa de un precio inmejorable. A cambio, Okane le daba un porcentaje de lo que compraban. Concretamente, el veinticinco por ciento del precio original, previo al descuento. El beneficio con el que se quedaba Okane era minúsculo, al menos, a simple vista. Pero a la larga ganaba, pues el trato solo incluía armas de acero. El resto de armamento —sellos, bombas, o incluso kunais y shurikens, que no formaban parte del trato— Okane lo vendía al precio estándar. Rara era la ocasión en que los clientes que traía Datsue no quisiesen también algún otro producto. Quizá no aquel día, pero sí otro en el que se pasasen. Finalmente, por tanto, todos salían ganando.
—¡Perfecto! —exclamó Okane, sonriente—. ¿Puedo sugerirle algún producto de limpieza? ¡Vendemos un kit de mantenimiento por solo veinte ryō! Muy completo, ¡es una ganga! El ninjatō son mil ryō —Datsue carraspeó—, pero los amigos del señorito Datsue son mis amigos, así que le haré un descuento del veinticinco por ciento. Eso hace que le queden en… Setecientos cincuenta ryō.
El acuerdo que Datsue tenía con Okane era muy sencillo. El chico le llevaba clientes a la tienda, con la promesa de un precio inmejorable. A cambio, Okane le daba un porcentaje de lo que compraban. Concretamente, el veinticinco por ciento del precio original, previo al descuento. El beneficio con el que se quedaba Okane era minúsculo, al menos, a simple vista. Pero a la larga ganaba, pues el trato solo incluía armas de acero. El resto de armamento —sellos, bombas, o incluso kunais y shurikens, que no formaban parte del trato— Okane lo vendía al precio estándar. Rara era la ocasión en que los clientes que traía Datsue no quisiesen también algún otro producto. Quizá no aquel día, pero sí otro en el que se pasasen. Finalmente, por tanto, todos salían ganando.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado