2/11/2017, 03:27
El chico se tomó unos momentos antes de finalmente dar una respuesta, bastante clara si vamos al caso. Pero claro, una cosa era hablarlo y otra cosa era lograrlo. Es decir, que quisieran dar con aquellos ladrones no significaba que fueran a encontrarlos, menos en el mismo día.
—Bien —respondió a secas, liberándole del agarre.
Justo después se separó de Datsue y se volteó a mirar una vez más al anciano, aquel que se había mantenido estático con la mirada perdida en las llamas de la chimenea incluso tras escuchar a la kunoichi hablar.
—Iremos a buscar a los ladrones, si es que ha visto algo que nos pueda ayudar a encontrarlos —dijo seriamente al viejo.
Este simplemente suspiró y bajó un poco la mirada hasta el piso. Guardó silencio por casi un minuto.
—Katsumi ha ido ya a por ellos —dijo al fin.
Tras aquellas palabras, el anciano se volteó y caminó en dirección a la pared que tanto parecía fascinarle, solo que esta vez siguió su camino hasta la puerta del otro lado.
—Ya le dije todo lo que sabía a ella, vayan con ella —afirmó antes de desaparecer.
Si Datsue miraba en ese preciso instante a Koko, podría ver en ella una expresión iracunda incluyendo una vena bastante hinchada en su frente.
—Vamos —dijo cortante a Datsue.
No había más que hacer en aquella cabaña, por lo menos eso era lo que la Kageyama parecía sugerir al dirigirse a la puerta de salida. Después de todo, era ella quien conocía al doctor y no Datsue, ¿verdad? Por algún motivo no les habrá querido dar detalles.
—Bien —respondió a secas, liberándole del agarre.
Justo después se separó de Datsue y se volteó a mirar una vez más al anciano, aquel que se había mantenido estático con la mirada perdida en las llamas de la chimenea incluso tras escuchar a la kunoichi hablar.
—Iremos a buscar a los ladrones, si es que ha visto algo que nos pueda ayudar a encontrarlos —dijo seriamente al viejo.
Este simplemente suspiró y bajó un poco la mirada hasta el piso. Guardó silencio por casi un minuto.
—Katsumi ha ido ya a por ellos —dijo al fin.
Tras aquellas palabras, el anciano se volteó y caminó en dirección a la pared que tanto parecía fascinarle, solo que esta vez siguió su camino hasta la puerta del otro lado.
—Ya le dije todo lo que sabía a ella, vayan con ella —afirmó antes de desaparecer.
Si Datsue miraba en ese preciso instante a Koko, podría ver en ella una expresión iracunda incluyendo una vena bastante hinchada en su frente.
—Vamos —dijo cortante a Datsue.
No había más que hacer en aquella cabaña, por lo menos eso era lo que la Kageyama parecía sugerir al dirigirse a la puerta de salida. Después de todo, era ella quien conocía al doctor y no Datsue, ¿verdad? Por algún motivo no les habrá querido dar detalles.