2/11/2017, 20:34
El guiño de Koko y sus sensuales palabras consiguieron levantar su pesado espíritu. «Tal vez llevar un demonio dentro no sea tan insoportable después de todo», pensó con una sonrisa pícara el joven Uchiha.
Bendito ingenuo.
Luego la conversación siguió por otros derroteros. Koko confirmó, de todas a todas, los temores de Akame; efectivamente, la muchacha había estado en la lista negra de Zoku por el apellido que llevaba su sangre. Saberlo le concedió al chico un gran alivio, como una jarra de agua fría en mitad del desierto que curaba su garganta seca. Incluso mucho tiempo después se aferraría a esa idea, a ese minúsculo pensamiento, para no perder completamente la cabeza.
Akame rió ante el chiste de la rubia y luego se dio media vuelta sobre la cama, quedando boca abajo. «¿A quién nalguearía si no?», se repitió.
—¿Qué crees que va a pasar ahora? —lanzó otra pregunta, igual de escueta y a la vez complicada que la primera.
Bendito ingenuo.
Luego la conversación siguió por otros derroteros. Koko confirmó, de todas a todas, los temores de Akame; efectivamente, la muchacha había estado en la lista negra de Zoku por el apellido que llevaba su sangre. Saberlo le concedió al chico un gran alivio, como una jarra de agua fría en mitad del desierto que curaba su garganta seca. Incluso mucho tiempo después se aferraría a esa idea, a ese minúsculo pensamiento, para no perder completamente la cabeza.
Akame rió ante el chiste de la rubia y luego se dio media vuelta sobre la cama, quedando boca abajo. «¿A quién nalguearía si no?», se repitió.
—¿Qué crees que va a pasar ahora? —lanzó otra pregunta, igual de escueta y a la vez complicada que la primera.