4/11/2017, 03:53
La joven genin tenía una muy buena respuesta para acallar a aquel a quien había llamado payaso. Pero en su lugar, le dedicó una risa burlona y se retiró en dirección a una arboleda y reaccionando con repulsión ante aquella palmada sobre su hombro.
Justo después de que Datsue la soltó, ella se dio un par de palmadas en el hombro como si estuviese limpiando algún tipo de suciedad del mismo. Claro que, ignoraba aquel sello que el Uchiha le había dejado y siguió su camino.
Pero justo después, cuando el chico se acercó a la Kageyama soltó una frase algo desafortunada que le hinchó levemente una vena de la frente a ella. «Lo dices como si nosotras fuésemos el problema »pensó con ciertas ganas de darle un puñetazo, pero se contuvo.
Fue entonces que el shinobi le mostró una de sus cosas raras de Fuuinjutsu. Ya con él eran dos los que hacían gala de dichas habilidades y comenzaba a fastidiarle principalmente por lo inútil que ella era para esas cuestiones. Algunos llaman a dicho sentimiento envidia, pero si le preguntas, ella lo llamará frustración.
—A veces me das miedo —le dijo al ver esa brújula en la manga.
Si era cierto, cualquier persona corría cierto riesgo de ser perseguido por Datsue si entraban en contacto físico de algún tipo, y definitivamente aquello no era nada bueno.
—De todas formas, esperemos a que se adelante un poco para que no sospeche que la seguimos, ¿te parece? —sugirió, mirando en la dirección por la que Katsumi se había retirado.
No le apetecía en lo más mínimo volver a encontrarse con aquella kunoichi.
Justo después de que Datsue la soltó, ella se dio un par de palmadas en el hombro como si estuviese limpiando algún tipo de suciedad del mismo. Claro que, ignoraba aquel sello que el Uchiha le había dejado y siguió su camino.
Pero justo después, cuando el chico se acercó a la Kageyama soltó una frase algo desafortunada que le hinchó levemente una vena de la frente a ella. «Lo dices como si nosotras fuésemos el problema »pensó con ciertas ganas de darle un puñetazo, pero se contuvo.
Fue entonces que el shinobi le mostró una de sus cosas raras de Fuuinjutsu. Ya con él eran dos los que hacían gala de dichas habilidades y comenzaba a fastidiarle principalmente por lo inútil que ella era para esas cuestiones. Algunos llaman a dicho sentimiento envidia, pero si le preguntas, ella lo llamará frustración.
—A veces me das miedo —le dijo al ver esa brújula en la manga.
Si era cierto, cualquier persona corría cierto riesgo de ser perseguido por Datsue si entraban en contacto físico de algún tipo, y definitivamente aquello no era nada bueno.
—De todas formas, esperemos a que se adelante un poco para que no sospeche que la seguimos, ¿te parece? —sugirió, mirando en la dirección por la que Katsumi se había retirado.
No le apetecía en lo más mínimo volver a encontrarse con aquella kunoichi.