4/11/2017, 21:10
Por un mísero instante la Kageyama pensó que la había fastidiado, que había ofendido atrozmente al shinobi debajo suyo que resultó ser el mismo Akame y no un henge. Podía suponer que iba a terminar rostizada, nuevamente, y peor probablemente a juzgar por la expresión que al contrario se le había dibujado y…
Comenzó por quitarse de debajo de ella, la tumbó y le atrapó las muñecas y una vez que ella estuvo completamente inmovilizada, y además horrorizada, el Uchiha comenzó a besarla y a morderla con vehemencia. Se había equivocado, de nuevo.
—Akame —balbuceó con la respiración entrecortada, momentos antes de que el chico comenzara a… Hacer de las suyas.
Luego de un buen rato de disfrute, el chico se tumbó a un lado de la rubia que, al igual que él, estaba muy agitada, sudada y completamente desnuda. Se había equivocado completamente y Akame se encargó de dejarle aquello en claro de la mejor manera posible, aunque más bien pareció como si aquello debiera ser una especie de castigo por la agresividad con la que se llevó a cabo todo.
Aun así, a la pecosa le agradó y se notaba en su sonrisilla.
—No es mi culpa —le dijo bromista mientras se reincorporaba lentamente.
Tomó asiento, le dio la espalda al Uchiha y se dispuso a levantarse, aunque algo en su caminar estaba mal.
—Algo habrá en la nevera —afirmó indiferente mientras se dirigía a la cocina para apagar el horno.
Comenzó por quitarse de debajo de ella, la tumbó y le atrapó las muñecas y una vez que ella estuvo completamente inmovilizada, y además horrorizada, el Uchiha comenzó a besarla y a morderla con vehemencia. Se había equivocado, de nuevo.
—Akame —balbuceó con la respiración entrecortada, momentos antes de que el chico comenzara a… Hacer de las suyas.
Luego de un buen rato de disfrute, el chico se tumbó a un lado de la rubia que, al igual que él, estaba muy agitada, sudada y completamente desnuda. Se había equivocado completamente y Akame se encargó de dejarle aquello en claro de la mejor manera posible, aunque más bien pareció como si aquello debiera ser una especie de castigo por la agresividad con la que se llevó a cabo todo.
Aun así, a la pecosa le agradó y se notaba en su sonrisilla.
—No es mi culpa —le dijo bromista mientras se reincorporaba lentamente.
Tomó asiento, le dio la espalda al Uchiha y se dispuso a levantarse, aunque algo en su caminar estaba mal.
—Algo habrá en la nevera —afirmó indiferente mientras se dirigía a la cocina para apagar el horno.