7/11/2017, 04:18
La de cabellos azabaches se había decidido a pasar completamente de aquellos dos, no había más motivos para prestarles más atención ya que no parecían una amenaza en lo más mínimo. Es decir, uno acababa de vomitarle los pies a la que se había orinado. ”Lamentable” era el pensamiento que surcaba la cabeza de la joven del yukata. ¿Qué otra cosa podía pensar de aquellos dos tras dar semejante imagen? Sencillamente, no suponían amenaza de ninguna manera posible.
Koko por su parte, se decidió a seguir a su líder momentáneo. No estaba en condiciones de hablar, temblaba violentamente y a cada paso que daba se podía escuchar cierto crujir debido a la humedad presente en sus botas. Necesitaría un baño y un cambio de ropa probablemente, pero para ello primero tendrían que buscarse donde pasar la noche. Fue entonces, mientras que el Uchiha rebuscaba propuso lo siguiente.
—Le pediré al doctor que nos permita pasar la noche en su casa —le dijo al contrario en un murmullo.
No se sentía lo suficientemente segura de sí misma como para mostrarse ante toda la gente que pudiese haber en una posada con las piernas empapadas en su propia orina, y dicho sea de paso, con vómito ajeno. Extra, ese anciano hasta cierto punto les debía algo, ¿verdad?
Datsue pronto encontraría el frasco con las drogas, la supuesta anestesia, eran en realidad dos frascos distintos que probablemente él mismo querría probar en algún momento, aunque en ese preciso instante, seguramente querría desaparecer de la vista de aquella caníbal que seguía degustando la carne de lo que alguna vez fue un bandido. Actualmente, dando tirones agresivos a lo que parecía ser el esófago, extraído por la parte baja del costillar de aquella persona.
Claramente, aquella acción generaba una desagradable deformación en el cuello y boca del individuo, sin mencionar lo que ocurrió una vez que logró arrancarlo todo, pues en lugar de cortarse, el esófago fue extraído con una buena cantidad de órganos en conjunto, provocando de paso que la joven cayese de culo al piso. Lo cual no le molestó, pronto comenzó a disfrutar felizmente de aquellos órganos, algunos palpitantes y chorreando sangre a montones.
Casi parecía una niña disfrutando de su primer bistec.
Koko por su parte, se decidió a seguir a su líder momentáneo. No estaba en condiciones de hablar, temblaba violentamente y a cada paso que daba se podía escuchar cierto crujir debido a la humedad presente en sus botas. Necesitaría un baño y un cambio de ropa probablemente, pero para ello primero tendrían que buscarse donde pasar la noche. Fue entonces, mientras que el Uchiha rebuscaba propuso lo siguiente.
—Le pediré al doctor que nos permita pasar la noche en su casa —le dijo al contrario en un murmullo.
No se sentía lo suficientemente segura de sí misma como para mostrarse ante toda la gente que pudiese haber en una posada con las piernas empapadas en su propia orina, y dicho sea de paso, con vómito ajeno. Extra, ese anciano hasta cierto punto les debía algo, ¿verdad?
Datsue pronto encontraría el frasco con las drogas, la supuesta anestesia, eran en realidad dos frascos distintos que probablemente él mismo querría probar en algún momento, aunque en ese preciso instante, seguramente querría desaparecer de la vista de aquella caníbal que seguía degustando la carne de lo que alguna vez fue un bandido. Actualmente, dando tirones agresivos a lo que parecía ser el esófago, extraído por la parte baja del costillar de aquella persona.
Claramente, aquella acción generaba una desagradable deformación en el cuello y boca del individuo, sin mencionar lo que ocurrió una vez que logró arrancarlo todo, pues en lugar de cortarse, el esófago fue extraído con una buena cantidad de órganos en conjunto, provocando de paso que la joven cayese de culo al piso. Lo cual no le molestó, pronto comenzó a disfrutar felizmente de aquellos órganos, algunos palpitantes y chorreando sangre a montones.
Casi parecía una niña disfrutando de su primer bistec.