12/11/2017, 00:09
El anciano guió al Uchiha hasta una habitación algo pequeña en la que había tan solo dos camas pequeñas, pensadas para una persona y puede que incluso menos, al menos eran lo suficientemente extensas para que una persona adulta pudiera recostarse, aunque eran delgadas, muy delgadas.
Dentro de la habitación también había un armario, al cual se dirigió el médico y comenzó a rebuscar por un cambio de ropa, aunque claro, era toda ropa masculina.
Respecto al Uchiha, este había demostrado ser completamente ignorante respecto a la aplicación de la anestesia por lo que, por un momento pareció mirarle incrédulo, pero luego volvió a sus asuntos.
—Una jeringa pequeña es más que suficiente para dejarte dormido —indicó tomando una camisa y un pantalón del cajón—. Esa que me mostraste es para inyectar, hay otras anestesias que se aplican por vía respiratoria.
Lentamente se enderezó con las prendas entre manos y se las tendió a Datsue.
—Llévaselos a tu amiga, el baño está en la puerta de junto —dijo esperando pacientemente a que el chico tomase la ropa.
Era más cómodo de esa manera, si iba él mismo probablemente le tomaría un buen par de minutos en los que la pecosa podría molestarse.
Dentro de la habitación también había un armario, al cual se dirigió el médico y comenzó a rebuscar por un cambio de ropa, aunque claro, era toda ropa masculina.
Respecto al Uchiha, este había demostrado ser completamente ignorante respecto a la aplicación de la anestesia por lo que, por un momento pareció mirarle incrédulo, pero luego volvió a sus asuntos.
—Una jeringa pequeña es más que suficiente para dejarte dormido —indicó tomando una camisa y un pantalón del cajón—. Esa que me mostraste es para inyectar, hay otras anestesias que se aplican por vía respiratoria.
Lentamente se enderezó con las prendas entre manos y se las tendió a Datsue.
—Llévaselos a tu amiga, el baño está en la puerta de junto —dijo esperando pacientemente a que el chico tomase la ropa.
Era más cómodo de esa manera, si iba él mismo probablemente le tomaría un buen par de minutos en los que la pecosa podría molestarse.