20/11/2017, 21:56
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Frente a una vasta extensión de arrozales
Frente a una vasta extensión de arrozales
Kuranosuke se había tomado un día libre con la única intención de visitar los llamados "Arrozales del Silencio". Su interés se alejaba de lo agricultural y se aproximaba más a lo bélico.
Según los libros de historia que estudió durante sus años de academia, esta zona de su país había sido objeto de múltiples conquistas. En primer lugar había pertenecido al País del Sonido, luego al del Rayo, y finalmente a su patria. El sensei que impartía la asignatura comentó, en tono jocoso, que los aldeados de la zona estaban más que acostumbrados a las trifulcas territoriales.
Entonces, ¿cómo es que la imagen que su único orbe captaba no se asemejaba en absoluto con la idea que tenía él de una zona de guerra?
Sí, los enfrentamientos no habían ocurrido hace un par de días, y se dice que el tiempo cura todas las heridas, pero le resultaba difícil mantener encerrada a su incredulidad. Irónicamente, la población de los arrozales no solía pasar penurias, ni las pasó —si es que los archivos históricos estaban en lo cierto— durante las épocas de escaramuzas.
¿Cuál era el secreto que había mantenido a la gente de estos lares libres de la miseria? ¿Se trató de pura misericordia por parte de todos los cuerpos invasores? ¿Consideraron que los Arrozales del Silencio eran demasiado valiosos —gracias a su gran producción— como para arrasarlos, a pesar de que mientras se mantuvieran fuera de su control, beneficiarían al enemigo?
Kuranosuke necesitaba conocer la respuesta. Un líder debe de ser capaz de tomar decisiones lógicas y adecuadamente tácticas, algo que deseaba aprender con toda su alma, y conocer más sobre este paraje le ayudaría.