23/11/2017, 12:25
Dada la naturaleza del paraje, era tarea sencilla observar las idas y venidas de todos los que atravesaban los arrozales. Los campesinos trabajaban duro de sol a sol, con sus pantalones de trabajo remangados y los pies arrugados por el constante contacto con el agua, ignorando a cualquier viajero que pudiera atravesar sus tierras.
Por ende, Kuranosuke no tuvo problemas en diferenciar la prominente figura de Mogura entre todas las demás. Su vista no era la mejor del mundo —era tuerto, después de todo—, pero tan pronto el médico estuvo lo suficientemente cerca, la banda de Amegakure y el chaleco militar se le hicieron obvios.
Su rostró no traicionó cambio alguno, mas en su fuero interno, el genin se puso en guardia.
«Me pregunto qué hace un ninja de alto rango de Ame por aquí... ¿quizás reconocimiento?». ¿Podría tener Amegakure algún tipo de intención de continuar con la larga historia de conquistas de los Arrozales del Silencio? Como patriota de Kusagakure, no podía permitirlo.
Echó a andar con paso firme, dando copiosas zancadas. Su intención era cruzarse con Mogura, cara a cara, tras el paso de unos nimios minutos. Era probable que el otro ninja fuera más poderoso que él, además de que era más alto, pero Kuranosuke no temía a nada ni nadie.
Ya frente al desconocido, paró en seco.
—Alto. ¿Qué hace un shinobi de Amegakure en los Arrozales del Silencio? Indica tu nombre, rango e intenciones —afirmó con tono suave pero tajante.
Por ende, Kuranosuke no tuvo problemas en diferenciar la prominente figura de Mogura entre todas las demás. Su vista no era la mejor del mundo —era tuerto, después de todo—, pero tan pronto el médico estuvo lo suficientemente cerca, la banda de Amegakure y el chaleco militar se le hicieron obvios.
Su rostró no traicionó cambio alguno, mas en su fuero interno, el genin se puso en guardia.
«Me pregunto qué hace un ninja de alto rango de Ame por aquí... ¿quizás reconocimiento?». ¿Podría tener Amegakure algún tipo de intención de continuar con la larga historia de conquistas de los Arrozales del Silencio? Como patriota de Kusagakure, no podía permitirlo.
Echó a andar con paso firme, dando copiosas zancadas. Su intención era cruzarse con Mogura, cara a cara, tras el paso de unos nimios minutos. Era probable que el otro ninja fuera más poderoso que él, además de que era más alto, pero Kuranosuke no temía a nada ni nadie.
Ya frente al desconocido, paró en seco.
—Alto. ¿Qué hace un shinobi de Amegakure en los Arrozales del Silencio? Indica tu nombre, rango e intenciones —afirmó con tono suave pero tajante.