1/12/2017, 14:39
El anciano señalo a la rubia un expositor que, en principio, no había prestado atención. Este expositor presentaba dos piezas de plata que claramente servían para sujetar algo...algo que no estaba presente en ese momento.
El viejo comenzó a contar que allí debería estar "Escarlata" una espada que pertenecía a su familia, una herencia de generación en generación, como lo que pretendía hacer el día que no estuviera en este mundo, heredar la tienda al joven larguirucho y de cabellos rojos.
La kunoichi entendió que el hombre hablaba del legado, de lo que se dejaba a la siguiente generación, el ejemplo para Reika eran las enseñanzas que su clan compartía dentro de sus propias lineas. Sea algo legado o no, aquella pieza faltante era de importancia para el anciano y debía ser devuelta nuevamente a donde pertenece, solo debía ir a retirarla del herrero.
-Aun falta ganar un poco mas de experiencia y posteriormente dar el examen, pero tengo fe de que saldré bien- respondió al anciano que, que al decir verdad, tenia razón. Esto de hacer recados de los mas mayores no le permitía poner a prueba sus habilidades ¿Como podría demostrar que puede ser una aspirante a la Fuerza de espionaje e Inteligencia, sacando a pasear tortugas?
Recibió aquella tarjeta de negocios que pertenecía a la herrería a donde debía ir, allí, figuraba la dirección de la misma, ahora ya sabia el domicilio de aquel establecimiento y ya era hora de ponerse en marcha -Ryū-dono, me pondré en marcha de inmediato- dijo la chica haciendo una leve reverencia al anciano.
No había caminado mucho desde que salio del local del anciano, busco el toldo de un local de venta de verduras y decidió comprobar su mapa para ver si su camino era el correcto, triste seria perderse en su propia aldea...pero todo era posible.
Miro nuevamente la dirección de la tarjeta, comprobó su mapa y miro los nombres y altura de las calles para ubicarse correctamente, finalizado el chequeo la kunoichi de cabellos dorados continuaría con su camino.
El viejo comenzó a contar que allí debería estar "Escarlata" una espada que pertenecía a su familia, una herencia de generación en generación, como lo que pretendía hacer el día que no estuviera en este mundo, heredar la tienda al joven larguirucho y de cabellos rojos.
La kunoichi entendió que el hombre hablaba del legado, de lo que se dejaba a la siguiente generación, el ejemplo para Reika eran las enseñanzas que su clan compartía dentro de sus propias lineas. Sea algo legado o no, aquella pieza faltante era de importancia para el anciano y debía ser devuelta nuevamente a donde pertenece, solo debía ir a retirarla del herrero.
-Aun falta ganar un poco mas de experiencia y posteriormente dar el examen, pero tengo fe de que saldré bien- respondió al anciano que, que al decir verdad, tenia razón. Esto de hacer recados de los mas mayores no le permitía poner a prueba sus habilidades ¿Como podría demostrar que puede ser una aspirante a la Fuerza de espionaje e Inteligencia, sacando a pasear tortugas?
Recibió aquella tarjeta de negocios que pertenecía a la herrería a donde debía ir, allí, figuraba la dirección de la misma, ahora ya sabia el domicilio de aquel establecimiento y ya era hora de ponerse en marcha -Ryū-dono, me pondré en marcha de inmediato- dijo la chica haciendo una leve reverencia al anciano.
***
No había caminado mucho desde que salio del local del anciano, busco el toldo de un local de venta de verduras y decidió comprobar su mapa para ver si su camino era el correcto, triste seria perderse en su propia aldea...pero todo era posible.
Miro nuevamente la dirección de la tarjeta, comprobó su mapa y miro los nombres y altura de las calles para ubicarse correctamente, finalizado el chequeo la kunoichi de cabellos dorados continuaría con su camino.
Hablo - Pienso - Telepatía