2/12/2017, 19:59
Su acompañante aceptó la propuesta de Kuranosuke, e hizo mención a su extraña tez. El hijo de Kusa se sentía más que deseoso de inquirir sobre la piel de Kaido, pero contuvo su lengua. No sería de buen gusto tratar un tema que quizás era delicado para él.
—Cuando estés listo, nos pondremos en marcha.
A continuación Kaido le habló sobre un particular bosque del País de la Tormenta. Parecía ser que los desgraciados que entraban en él nunca lograba salir, no existía mayor explicación sobre el tema. El genin reflexionó que probablemente se tratara de alguna historia que con los años se había ido retorciendo o simple y llanamente un cuento de viejas; quizás se trataba de un paraje difícil de atravesar, infestado por fauna hostil. Puede que incluso no pasara nada especial en su interior y las historias fueran falsas.
En cualquier caso, sonaba a un reto interesante. Hizo una nota mental de ello.
—No me importaría ir alguna vez —asintió, neutro—. No te separes de mí.
Así pues, dio comienzo la marcha. Con el libro asegurado en su mano derecha y apretado contra la cadera, Kuranosuke salió del claro. No le gustaba ir delante, con su espalda expuesta al de Ame, pero no tenía otra opción.
—Cuando estés listo, nos pondremos en marcha.
A continuación Kaido le habló sobre un particular bosque del País de la Tormenta. Parecía ser que los desgraciados que entraban en él nunca lograba salir, no existía mayor explicación sobre el tema. El genin reflexionó que probablemente se tratara de alguna historia que con los años se había ido retorciendo o simple y llanamente un cuento de viejas; quizás se trataba de un paraje difícil de atravesar, infestado por fauna hostil. Puede que incluso no pasara nada especial en su interior y las historias fueran falsas.
En cualquier caso, sonaba a un reto interesante. Hizo una nota mental de ello.
—No me importaría ir alguna vez —asintió, neutro—. No te separes de mí.
Así pues, dio comienzo la marcha. Con el libro asegurado en su mano derecha y apretado contra la cadera, Kuranosuke salió del claro. No le gustaba ir delante, con su espalda expuesta al de Ame, pero no tenía otra opción.