5/12/2017, 01:20
El grandullón recordó que en un momento no especificado del pasado había dado con lo que parecía ser la guarida de un animal, pero sin habitante alguno. Quizás ese fatídico descubrimiento significaría la perdición del topo. Solo podrían saberlo si iban hasta allí en busca de su presa.
Kuranosuke ladeó el rostro de forma afirmativa y se puso en marcha, siguiendo la estela de Tsu.
Ya en la extensión de tierra sin dueño donde quizás se escondía el animalillo, el agricultor le ordenó que tratara de dar con la madriguera. Así pues, se separaron, cada uno por un lado, en busca de aquello que deseaban.
El muchacho se aseguró de caminar con precaución y lentitud, fijándose en cualquier detalle extraño que observara en el suelo, así como haciendo todo lo posible para no alertar al roedor de su posición.
Kuranosuke ladeó el rostro de forma afirmativa y se puso en marcha, siguiendo la estela de Tsu.
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Ya en la extensión de tierra sin dueño donde quizás se escondía el animalillo, el agricultor le ordenó que tratara de dar con la madriguera. Así pues, se separaron, cada uno por un lado, en busca de aquello que deseaban.
El muchacho se aseguró de caminar con precaución y lentitud, fijándose en cualquier detalle extraño que observara en el suelo, así como haciendo todo lo posible para no alertar al roedor de su posición.