5/12/2017, 10:40
La dirección que el anciano Dandan Ryū le había entregado en aquella nota era correcta y la kunoichi llegó sin mayores problemas. El tema es que allí no había ningún yunque enamorado en su lugar había una joyería.
Desde el punto en donde estaba ella estaba parada, vio el hervidero de gente, compradores y artesanos que ofrecían sus objetos al precio que creían justo y correcto para ellos. Pero aún deteniéndose a observar de forma tranquila, la kunoichi de cabellos dorados no encontraba el bendito yunque.
«No me queda otra que preguntar» se dijo la rubia, era lo mejor que podía hacer en aquella situación. La kunoichi decidió ingresar en "Yime-Hime" y buscó con la mirada con el fin de encontrar el dependiente o dueño de la tienda «Pffff...recién empieza y ya se complica...En fin» nuevamente se habló en pensamientos esperando ser atendida por alguien.
-¡Buenos días!- saludó la joven con voz clara, quizá alguien por simple amabilidad le devuelva el saludo.
Desde el punto en donde estaba ella estaba parada, vio el hervidero de gente, compradores y artesanos que ofrecían sus objetos al precio que creían justo y correcto para ellos. Pero aún deteniéndose a observar de forma tranquila, la kunoichi de cabellos dorados no encontraba el bendito yunque.
«No me queda otra que preguntar» se dijo la rubia, era lo mejor que podía hacer en aquella situación. La kunoichi decidió ingresar en "Yime-Hime" y buscó con la mirada con el fin de encontrar el dependiente o dueño de la tienda «Pffff...recién empieza y ya se complica...En fin» nuevamente se habló en pensamientos esperando ser atendida por alguien.
-¡Buenos días!- saludó la joven con voz clara, quizá alguien por simple amabilidad le devuelva el saludo.
Hablo - Pienso - Telepatía